46. Campanadas de cambio (María José Escudero)
Din, don…
Sonaron una a una las doce campanadas, las esperadas campanadas del final y del principio. Festejé cada una con pequeños sorbos de champán y esperé pacientemente en aquel cuarto sin espejos que había sido mi celda durante algunos meses. En la puerta un sencillo maletín aguardaba cauteloso, y yo ansiaba una sola señal para marcharme.
Una enfermera de rostro reseco y amargado entró en la habitación con diligencia y me dedicó una discreta mirada de complicidad. Luego salió nerviosamente dejando un vaso de agua y una píldora sobre la mesita cercana a la cama. Comprendí que aquella era la señal y decidí comenzar mi inaplazable viaje de preguntas encadenadas.
Din, dan…
Tras sonar las doce campanadas, entré en la habitación dispuesta a cumplir con mi deber. En mi profesión no hay fiesta que valga. Él, junto a la ventana y con una copa de champán en la mano, esperaba el momento largamente meditado. Me hubiera gustado decirle que estaba de su parte, desearle suerte. Pero salí de allí un poco acelerada porque no me gustan las despedidas. El doctor Moliner había hecho un trabajo encomiable y pensé: ¡Dios mío, quién la ha visto y quién le ve!
About Post Author
¡Que enfoque tan original! Muy bueno.
Me ha costado pillarle el sentido. Con la última frase he caído en que no era ni un presidiario terminando su condena ni un enfermo de larga duración.
Año nuevo, vida nueva. Del todo.
Mucha suerte.
María José, buen relato y original. Suerte, saludos y felices fiestas
Original, aunque no acabo de pillarlo
Hola MJosé a mí también me está costando cogerlo. ¿Dos personas?? Un hospital??? el médico que había sido lo más es ahora el enfermo?? Le falta un puente o es a mí al que le falta atención y capacidad. Abrazos y suerte
Exactamente, Ana. Eso es lo que yo quería contar. No puedo añadir más. He querido dar pistas con el título, y con la expresión coloquial de la enfermera al final del relato.Y el apellido del cirujano es un homenaje al famoso diccionario.Muchas gracias. Gracias por tu ayuda, me estaba empezando a preocupar.
Hola Maria José. Yo también lo he interpretado de dos formas. Una la del cambio de sexo, que ya veo que es la acertada; y otra la de una enferma en un hospital psiquiátrico, en la que él (su pareja) tiene mucho que ver, y que al final ella se ha curado, mientras que ahora el que tiene problemas es él, ja ja. Ya ves, ha dado para varias interpretaciones. Suerte.
Qué pases unas fantásticas fiestas con tu familia.Besos.
Otro relato con un buen fondo de armario. Has planteado una situación muy original haciendo literal lo de año nuevo, vida nueva. El redactado también lo considero de alto nivel lleno de expresiones acertadas. Me parece un relato con bastante trabajo encima, de los que se le dan muchas vueltas hasta poder llevarlo donde realmente quieres. Mucha suerte 🙂
Inquietante, esperanzador y complejo relato… muy bien desarrollado y, se supone, ¡¡con final feliz!!
Otra vez mas ¡¡enhorabuena!!
Creo que has diseñado, a ritmo de bisturí, un relato perfecto desde la visión de ambas.
Curiosa interpretación del paciente: «enfermera de rostro reseco y amargado» frente al pensamiento de ella: «Me hubiera gustado decirle que estaba de su parte, desearle suerte».
Y tu también te la mereces.
Besos.
¡Felices Fiestas! Y muchas gracias a todos. ¡SALUD!