Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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13. CAPERUCITA Y LA DISLEXIA (Mariángeles Abelli Bonardi)

Incompletas, invertidas, de costado: saltan de un lado al otro cuando las ve, así que teme esa hora de la clase. La maestra le pide que lo haga en voz alta, por eso lo hace temblando… Estallan las risas en torno suyo y quiere que la trague la tierra: leyó «caca» en vez de «casa» y «lopo» en vez de «lobo».

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Ha de ser terrible confundir las letras de lugar, dando paso a palabras fuera de contexto, que en nada se corresponden con las escritas y que producen significados dispares, rayanos en lo absurdo. Cuando el error se produce delante de una clase de jóvenes inmaduros, sin respeto ni comprensión hacia esa dificultad no deliberada, la vergüenza está servida.
    Te han bastado tres líneas escasas para describir una situación muy humillante para una persona, además de injusta, que puede marcar su carácter y herir su autoestima, que casi podemos sentir como propia, y que no dice nada bueno de los que le rodean.
    Un abrazo y suerte, Mariángeles

    1. Querido ÁNGEL: para nosotros que leemos, escribimos, amamos y hasta diría que respiramos las letras, es casi inimaginable saber qué se siente padecer dislexia y sufrir las burlas y la falta de empatía que esa condición conlleva, por eso me alegra lo que me decis, que tres líneas me bastaran para describir la confusión, vergüenza y humillación que padece la protagonista.
      Más que jóvenes (que también suelen ser crueles a esa edad) yo me imaginé una clase con niños leyendo el cuento de «Caperucita Roja», de ahí la confusión y el equívoco en los términos que lee la niña, cuya maestra, quizás por ignorancia, no quiero pensar que a sabiendas y por crueldad, pone en semejante brete…

      Como siempre, un placer leer tus profundos y esperados comentarios.

      Otro abrazo y suerte para vos,

      Mariángeles

  2. Pues sí, sobre todo a ciertas edades todo nos parece «hacer el ridículo».
    Es una tristeza perder la espontaneidad y la inocencia. Es abominable sentir que estás fuera de los «límites» y sentir que las miradas que se posan sobre ti, te abruman y te queman.
    Es un buen tema Mariángeles. Aprovecho para darte un abrazo y la enhorabuena. Feliz noche.

    1. Hola, MERCEDES. No puedo más que estar de acuerdo. Este tipo de cosas, de burlas, no hacen más que marcar la vida y dañar la autoestima de quienes las padecen, quitándoles espontaneidad, inocencia, y alegría a su niñez…
      Me alegra que la dislexia te parezca buen tema para la propuesta.

      Un beso y feliz noche para vos,
      Mariángeles

  3. Aurora

    Mariángeles,
    Qué terrible el impacto social de la dislexia y cómo afecta a la autoestima.
    Suerte que se va trabajando en ello y ofreciendo acomodación en las escuelas.
    Esperemos que pronto en todas las escuelas del mundo se tenga en cuenta y se evite esa triste situación que muy bien has dibujado en tu texto.
    Sentimiento de vergüenza que siente la protagonista y comportamiento vergonzoso del resto de compañeros.
    Abrazos

    1. Hola, AURORA. No sólo es vergonzoso, también es cobarde escudarse en lo grupal,lo colectivo, para burlarse de alguien que no lo merece, cuya dislexia es inevitable y afecta todos los órdenes de su vida…
      Ojalá que sí, que que cada vez más, en las escuelas se trabaje sobre el tema para que quienes la padecen sean cada día más ayudados y menos estigmatizados.

      Otro abrazo para vos.

      Cariños,
      Mariángeles

  4. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Lo primero, decirte que me gustó conocerte en persona, aunque solo fuera virtualmente, en el encuentro online. Mi torpeza me llevó a no poder saludarte en el chat como me hubiera gustado, pero cada vez que intentaba mandar un mensaje al chat general me surgía algún problema informático que me impedía hacerlo y al final opté por no participar en el chat.
    Relato este último tuyo hiperbreve, para dar visibilidad a un problema que para quien lo sufre no es nada baladí: la dislexia.
    Un cálido abrazo, estimada amiga.

    1. Hola, BARCELÓ. A mí tambien me gustó conocerte en persona y estar en el encuentro aunque sea un ratito; mi dificultad no fue tanto con el chat sino con el horario; para ustedes eran las seis de la tarde y para mí pleno mediodía, así que esas horas de diferencia también fueron problemáticas a la hora de organizarme y poder estar, pero siendo, gracias a la virtualidad, el primer encuentro al que pude asistir, quedé más que contenta.
      Gracias por comentar mi hiperbreve, que espero refleje la dislexia en toda su confusión y vergüenza.

      Besos y abrazos para vos,
      Mariángeles

  5. Hola, Mariángeles, conozco de cerca algunos casos de dislexia y sé de alguna manera lo mal que lo pasan los afectados. El trabajo duro y constante mediante métodos específicos, de ellos y de sus padres y profesores, para alcanzar simplemente poder llegar a leer con algo de soltura. Y luego, como tan certeramente reflejas en el micro, el complejo de inferioridad y la sensación de ridículo y vergüenza que tienen que soportar ante los compañeros de clase. Algunos muy crueles.
    Muy interesante tu propuesta. Con unas pocas líneas has plasmado una alteración que complica la vida de muchas personas, así como la de los que las quieren. Felicidades y suerte. Besos.

    1. ¡Muchas gracias, JUANA! Hasta el momento, yo no he conocido a nadie que la padezca; lo mío fue investigar y documentarme sobre los síntomas y las vivencias de los disléxicos para escribir el micro, así que me alegra sobremanera saber que la he plasmado bien. Para mí (y creo que también para vos y para todos los que gozan al leer y al escribir) es impensable ver los libros, la lectura, como algo que confunde, avergüenza, y afecta la vida de ese modo, por eso exploré esa vivencia a través del micro.

      Suerte y besos para vos,
      Mariángeles

  6. Poquitas palabras has necesitado para reflejar tan bien la vergüenza de tu protagonista. Aparte de tu empatía y sensibilidad.
    Mucha suerte, Mariángeles.
    Un abrazo.

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