19. CAZA MAYOR
Iba tras su rastro en la nieve, no se me iba a escapar, le daría caza. Por la profundidad de las huellas era adulto. La nieve seguía cayendo, conejos y cervatillos, ignorantes de que la fiesta no iba con ellos, se escondían temerosos. Lo presentía cercano y aceleré el ritmo, a cincuenta metros avisté su silueta, ralenticé mis movimientos y lo rodeé… !Ahora! Cuando me vio intentó abatirme con su arma «Browing» telescópica de largo alcance. Ya era tarde, mi zarpa desgarró su pecho y mis colmillos se hundieron en su garganta, su cara reflejaba sorpresa, terror y despedida. La vida del hombre se diluía en la nieve. Tendría comida para tres días.
Y apareció ¿el Yeti? Muy bueno ese perpectivismo que nos azota desde el inicio pensando en un humano asesino y acabando poniéndonos en la piel de un ser monstruoso de las nieves.
Lorenzo, no quise ser más explícito, cabe todo, yeti, oso, suegra con mala leche… Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Me gusta por las pocas palabras que has necesitado para darle la vuelta al cuento. La historia no es como empieza, sino como acaba.
Edita, esa era mi intención que la historia girara bruscamente, Mucha gracias por tu comentario. Abrazos.
Halaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! Cómo me has engañado!!!!!!
Ahora, me parece que la mira telescópica no era de tan largo alcance, o estaba empañada!!
Abrazo.
Aurora, muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
Salvador,muy original ponerse al otro lado. Me ha gustado eso precisamente. Suerte.
Besicos muchos.
Nani, muchas gracias. Abrazos.
Muy descriptivo Salvador. Me ha gustado el ambiente que has creado y me ha encantado que hayas jugado con el giro final imprevisto.
Un abrazo
Izaskun, muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
He cazado Salvador y en distancias cortas lo que vale es una escopeta de dos cañones Sarasqueta. La caza produce una descarga de adrenalina.
Bien descrito.
Un abrazo
Epi, a este cazador se le ha descargado toda y para siempre. Muchas gracias y abrazos.
Me gusta mucho el giro de la historia, con las palabras exactas, ni le sobra ni le falta. Saludos.
Ana, muchas gracias por tu bonito comentario. Abrazos.
El cazador cazado…nos mantienes en vilo hasta un final inesperado. Muy bien!
Un abrazo.
Amélie, esa era mi humilde intención, muchas gracias por el comentario. Abrazos.
Hola, Salvador.
Me gusta ese punto de vista, el de la supuesta víctima del cazador, que termina por vencer. Será porque estoy en contra de la caza… No se le estuvo mal, olé por la bestia (o lo que sea).
Un giro final que me ha encantado.
Felicidades y besos.
Towanda, la cadena alimenticia no es inamovible, ja, ja. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Alimento espiritual para los depredados. Por fin venganza.
Bien dicho Salvador (de salvados)
Ricardo, ja, ja, muy bueno depredados al poder. Muchas gracias por el comentario. Abrazos.
Me gusta esa vuelta en la que la presa se convierte en cazador. Original, suerte.
Saludos.
Ana, me alegro que te haya sorprendido. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Beto, muchas gracias por pasarte y dejar tu comentario. Abrazos y suerte.
¿Qué pensaráb los animales? Suerte.
Pablo, muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Cazador cazado, bien jugado el engaño.
Mel, muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
Juan, apuntado estás. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Me gusta mucho la perspectiva del relato. Darle la vuelta ponerse en el otro lado.Inesperado y original. !Felicidades!
Besos
Esther, muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
Esther, muchas gracias por el comentario. Abrazos.
Por desgracia tengo un marido cazador y muchas veces le he planteado la cuestión de que alguna vez se cambiaran las tornas y fuesen los animalillos los ganadores de la contienda.
Ahora, con tu relato, se ha hecho realidad mi deseo.
Me ha gustado un montón.
Un abrazo.
Belén, cuando la caza deja de ser una necesidad deja de tener sentido, por lo menos para mi. Espero que tu marido no se encuentre con la fiera del relato, jaja. Gracias por tu comentario. Abrazos.
Un engaño muy bien llevado, Salvador. Consigues sorprendernos cuando menos lo esperamos.
Suerte y saludos.