100. Cenizas (Blanca Oteiza)
Siempre me gustó cómo sonaba en sus labios, la forma en que pronunciaba “nostalgie”. Cuántas veces la gritó al viento cuando echaba de menos su tierra. Camino por la orilla del mar embravecido añorando los paseos con ella de la mano, cómo hubiera disfrutado con este cielo gris sobre nosotros. Al llegar al espigón una ola de recuerdos me salpica mientras tiemblo. Abro la caja y la dejo marchar rodeada de espuma y salitre. Con suerte podrá llegar hasta su querida Bretaña y descansar para siempre frente a su costa.
Nos dicen que arrojar las cenizas de un difunto no es una práctica legal. Mirado de forma realista, es cierto que es antihigiénico y parece inútil. Pero el ser humano se hace preguntas, el clásico hacia dónde vamos y de dónde venimos, además de sufrir las ausencias. Por eso tu personaje no puede por menos que realizar este acto lleno de simbolismo, con el convencimiento, que necesita creer, de que este homenaje es necesario y con él se cierra un ciclo, aunque tampoco ha de ser sinónimo de olvido.
Brevedad y belleza para describir tristeza y sentimiento.
Un abrazo, Blanca. Suerte
Muchas gracias Ángel, como siempre acertadas palabras las tuyas.
En este caso es como intentar que regrese a su tierra querida, aunque sea en forma de ceniza.
Un abrazo
Melancólico y bello relato, Blanca. Un abrazo.
Muchas gracias Concha por tus palabras.
Un abrazo
Una despedida agridulce, llena de nostalgia, recordando la nostalgia que ella, la mujer amada, sentía por su querida Bretaña…
Pueda ser que a él supere la ausencia y que a ella, en una u otra forma, se le cumpla el deseo…
Un micro bello, acorde con la propuesta.
Felicidades, Blanca.
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles por tus palabras.
Besitos