Ciudad de GUSTALIA
TEXTO: Antonia García Lago (la juerguista tardona)
ILUSTRACIÓN : Eva García (qué maja ella)
Lo que hace a Gustalia diferente de las otras ciudades es que en vez de alimentos vulgares tiene manjares celestiales
La vainilla cubre completamente las calles, las habitaciones están repletas de bizcochos y chocolate, sobre las escaleras se posa un fino polvo de azafrán y ajonjolí. Encima de los tejados, el azúcar lustre reluce cuando el sol asoma por el mar con su color de caramelo líquido.
Si los habitantes pueden andar por la ciudad, sin resistirse a degustar excesivamente sus riquezas gastronómicas, no lo sabemos.
Pero estamos seguros de que la guardia imperial culinaria los vigila estrechamente. Les conviene quedarse quietos y tendidos, intentando ignorar los aromas incitantes de los cafés de Arabia, los tés de Ceilán, que los tientan y excitan, Los lugares están prohibidos para los habitantes más humildes. Hay quien dice que si los saboreas puedes convertirte en espíritu y dejar la ciudad sin pobladores. De noche, pegando el oído al suelo, se pueden oír los suspiros de placer de los que saltándose las normas disfrutan del banquete. Son los mismos que las dictan.
About Post Author
Más vale tardona que nuncona 🙂
Lo tenía escrito hace muuuuuuuucho, pero andaba dando la vuelta al mundo, como debe ser y ya amarré el barco.Gracias de García a García, por la ilustración tan bonita y radiante.Gracias Mel.
Abrazos a ambas.
Qué hambre da leerlo 🙂
Me encanta esa imagen del sol derritiéndose como caramelo líquido. Casi se huelen los aromas de los tés y los cafés entre líneas.
Riquísimo, digo… qué buen relato 🙂
Enhorabuena Antonia.
Muchas gracias, Esperanza. Quedas invitada a té o café con un poquito de caramelo para endulzarlos.
Las pastas si quieres las traes tú :-).
Un abrazo.
A mi también me sedujo el caramelo de sol. Gracias por dejar que lo representara.Abrazos.