13. Clavar la rima
—Tío, no me jodas, que fui yo el que más rimas clavó y resulta que gana aquel mamón de mierda.
En la pandilla de los chavales del banco contiguo al mío la conversación va subiendo de tono. Salgo de mis aburridas ensoñaciones. Sé solo un poco de qué van las batallas de gallos con sus rimas, su flow….
—Mamón lo dirás tú, pero en los temas se le notaba muy entrenado.
—A ver listillo, si te digo «belleza», ¿qué coño nos rapeas?
—Pues… —se pone de pie frente a sus compañeros sentados en el respaldo del banco, los playeros en el asiento, empieza a gesticular como si estuviera disparando un rifle automático y que por culpa del retroceso le dieran espasmos—, te digo que la belleza es mi destreza y que tus rimas huelen a simpleza.
Se ríen. Otro salta del banco en plan parkour. Sus gestos son diferentes. Parece que está arrancando una sierra mecánica.
—¿Belleza?, la de mi cerveza, bosteza tristeza.
Más risas. Más rimas.
—¿Belleza?, la de mi coca toda pureza.
Sigo sentada. Escucho. Dejo que un rayo de sol me recueza la cabeza y busco, yo también, palabras que rimen con belleza.
Los que ya vamos teniendo una edad pensamos que la poesía y las rimas se quedaron en los poetas al uso, o en las canciones, sin pararnos a pensar que tal vez exista un gran talento en esos rimadores que se enfrentan en las llamadas peleas de gallos, a los que no se puede negar mérito.
Un relato actual, con vocabulario juvenil y desenfadado, que alterna diálogo con la voz de la testigo y narradora, que termina por contagiarse de ese combate creativo, reduciéndose así el abismo generacional.
Un abrazo y suerte, Dominique
Gracias, Ángel, sí, ese «abismo generacional» al que merece la pena asomarse… un abrazo
Un perfecto reflejo del lenguaje imperante en los distintos círculos, que puede superarse, aunque sólo sea, en el arte literario.
Feliz 2020, Dominique
Gracias por tu lectura. Sí, el arte presente donde menos se le espera, fuera de los museos muchas veces. Un abrazo.
El modo en que los jóvenes se acercan al arte no tiene porque coincidir (y mejor que no lo haga) con la de sus predecesores. Sea en la rima o en la pintura, seguro que algún día los nietos de estos raperos, grafiteros, etc les sorprenderán con nuevas transgresiones a la norma. Una apuesta fresca y original.
Suerte y abrazo, Dominique.