79. Conquistadores
Ya no queda una gota de agua allí. Aquí tenemos reservas suficientes bajo las raíces de las nuevas selvas que ellos mismos están construyendo. Es una suerte que acepten sangrar, sudar y llorar: los humanos son unos seres misteriosos. A veces elegimos al azar a unos cuantos y les permitimos que procreen. Se lo merecen, nos están dejando Marte precioso.
Érase una vez el humano… Felicidades por tu micro. Un abrazo, Antonio
¡Muchas gracias! Un abrazo
¡Muchas gracias! Un abrazo