34. CONTANDO CON LUCES (A. BARCELÓ)
Luces anaranjadas que bailan haciendo círculos; luces blancas que pasan a toda velocidad como líneas discontinuas de una carretera puesta al revés; una potentísima luz que se derrama a chorros sobre mi cuerpo; ausencia de luz; una luz indescriptible que produce una paz infinita; la luz de un nuevo amanecer entrando por la ventana y la luz de tu mirada.
Bueno, Barceló, acabo de dejar mi micro y me he encontrado con que el tuyo es justo el anterior. Esta vez te he visto melancólico con tus luces, pero no triste, no nostálgico. Pareces en paz y en una época de esas que se recuerdan las luces y las sombras de nuestra vida, pero no me hagas caso, que son elucubraciones de las doce menos diez de la noche, hora de descansar.
Deseo que estés muy bien. Feliz noche y bellos sueños.
Hola, Mercedes. Estoy encantado de tenerte como «vecina».
Muchas gracias por pasar por mi rellano a comentar este humilde relato. A pesar de las horas los buenos «vecinos» están siempre disponibles.
La verdad es que el tema de la luz me abría un montón de caminos para escribir un relato de factura mucho más clásica, pero me vino a la cabeza esta idea de tratar de contar una historia simplemente describiendo las luces que se iban sucediendo en esta especie de tránsito vital del protagonista y me lancé. Espero no haber pecado de osado y que el resultado merezca la pena.
Un luminoso abrazo.
Una persona que ha tenido un accidente es llevada en ambulancia al hospital. Desde allí puede ver las luces de la ruta sucediéndose a toda velocidad. Luego ve las luces del quirófano sobre su cuerpo; sus ojos se cierran y la luz de la otra vida lo llena de paz, pero finalmente no muere; los médicos logran salvarlo y despierta en una habitación de hospital llena de la luz del amanecer, y ahí está la luz de los ojos de su esposa, que lo mira con alivio, con amor…
Esto es lo que imagino que contás con luces, BARCELÓ; pero sea este el caso o que yo tenga pocas luces a la hora de interpretar, la historia me ha gustado, y mucho.
Un beso grande para vos.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Tu interpretación de la historia que intento contar es a todas luces muy acertada. Siempre me ha interesado mucho el tema de las ECM (experiencias cercanas a la muerte) y he leído bastante acerca de ello. En este caso, he intentado que el protagonista explique su vivencia de una experiencia de este tipo con una simple enumeración descriptiva de las luces que se iba encontrando durante el proceso completo: desde que se produce el detonante, hasta que vuelve a tener consciencia y oportunidad de relatar la increíble experiencia que le ha sucedido. Me gusta la idea de que cada lector imagine la historia a su manera.
Gracias por iluminarme con tus cariños. Otro beso para ti, estimada Mariángeles.
Tras leer tu relato y el comentario de Mariángeles, veo que ella y yo coincidimos bastante. Me ha recordado la esencia de un libro, que aún conservo, que me entusiasmó en mi adolescencia (allá, por el Jurásico): «Vida después de la vida», de Raymond Moody. Posiblemente lo hayas leído también, aunque debe de haber otros que traten este tema. Narra el autor cómo una alumna le describió el proceso de un pariente que estuvo a punto de morir, coincidente con una historia que a él le contó su abuela, a partir ahí investiga otros casos similares, todos con características comunes: un túnel, la luz de algo que se identifica como el Creador y algo que les hace regresar, de ahí que puedan dar fe de ello. Es, tal vez, lo más parecido a posibles pruebas de existencia de algo más después de la muerte, que tú has tratado con breves y certeras pinceladas en esta historia en la que, a pesar de tener como punto de partida un trágico accidente, está llena de esperanza y luz. Aparte de eso, tal vez los momentos cruciales de nuestra vida podrían resumirse con un contar luces.
Un abrazo, tocayo. Suerte
Hola, tocayo.
Lo primero siempre darte las gracias por tus comentarios. Creo que a todos los que escribimos en esta página nos llenan de ilusión y nos encantan.
Por otro lado, me alegra que menciones este libro, se podría decir que es un clásico y su autor uno de los más importantes precursores de la investigación en este área.
Se podría pensar que la investigación de este tipo de cosas tiene relación con lo paranormal y es lógico, hasta cierto punto, pero cuando te adentras en su estudio te das cuenta que son muchos los factores que se pueden analizar: neurológicos, sociológicos, religiosos, antropológicos, físicos… Es un tema apasionante.
Un abrazo lleno de energía y ánimo, estimado Ángel.
Conciso, certero, me has recordado una exposición de fotos que vi en París hace muchos años. Sin duda, tus palabras encajan a la perfección con aquellas instantáneas que sugerían ese momento de tránsito entre la vida y la muerte como una sucesión de esferas luminosas.
Me ha gustado.
Mucha suerte.
Hola, Paloma.
Una de las cosas que mayor emoción me produce a la hora de recibir comentarios de los compañeros es que me digáis que la lectura de mi relato os ha producido un buen recuerdo u os ha evocado alguna vivencia. Para mayor satisfacción, me cuentas que esta historia te ha llevado a París, mundialmente conocida como la ciudad de la luz. A eso le llamo yo hacer un pleno.
Gracias por contármelo. Espero que todo te vaya fenomenal. Un cálido abrazo.
Hola de nuevo, Barceló. Decirte que me ha encantado tu comentario sobre mi relato. Gracias por cruzar la puerta y venir hasta mi humilde morada a leer cuentos.
El tuyo, después de haber leído los comentarios de los compis, me ha parecido aún más inspirador, pero, como te decía en mi comentario sobre él, te sentía en paz con el mundo exterior. Eso me transmitió cuando lo leí, y no me refiero a tu personaje.
Bueno, aquí seguimos, en este universo de letras.
Un abrazo de domingo soleado con olor a castañas.
Hola, Mercedes. Siempre es un placer leer tus relatos.
La verdad es que no puedo decir que todo sea un remanso de paz en los tiempos que corren, lo que sí puedo asegurarte es que intento tomarlo todo de la mejor manera posible para conseguir que la situación no me supere. También es de mucha ayuda pasarme un rato por ENTC a leeros a tod@s y, si el tiempo y el momento me lo permiten, dejaros un comentario acerca de mis modestas impresiones sobre lo que leo. Por supuesto, igualmente, es un lujo y un privilegio recibir vuestros comentarios a mis relatos.
Gracias, Mercedes. Espero que esa paz que atisbas en mi estado de ánimo sea también tu paz. Un abrazo lleno de energía positiva y de luz.
Hola, Barceló.
Esos cambios de luces me sugieren el tránsito de la vida a la muerte. No sé si estaré acertada, pero he visto hasta las luces de la asistencia en carretera.
Un micro estupendo ?
Suerte con él.
Hola, Towanda.
Perdona por la demora. Efectivamente, se trata de un viaje al más allá relatado a través de las luces que se va encontrando el viajero a su paso. Por fortuna para él se trata de un viaje con retorno, aunque, sin duda alguna, le cambiará la vida para siempre.
Agradezco mucho tu valoración. Un afectuoso saludo.