82. Cosas en común (Pablo Cavero)
Los jóvenes Erasmus son de consumir todo muy rápido: diversión, copas y sexo. Un chispazo y mucha química en la fiesta desembocan en una pasión desatada hasta el alba. Como la noche les ha parecido corta, desean continuar en cuanto repongan fuerzas. Zumo, café, tostadas y bizcocho. Desayuno contundente y poca conversación. Mientras él recoge todo y lo lleva a la cocina, ella curiosea y descubre un pequeño álbum con fotos de un niño que pasa a adolescente. En algunas está con su madre. En otra aparece la figura paterna. Es esta la que la deja estupefacta. En su mente emerge otro retrato. No tiene duda, la cicatriz del mentón es inconfundible. Comienza a sentir arcadas. Los dulces besos de la madrugada se vuelven de pronto veneno en su boca.
La vida puede dar tantas vueltas que hasta es capaz de llegar a unir (en un sentido muy literal) a dos hermanos que ni siquiera sospechaban que lo eran. El padre de ambos no llegó a conocer y disfrutar de los Erasmus, pero desde luego tenía un pasado de vividor, la herencia genética tiene su peso.
Una historia con buenas descripciones, desenlace inesperado y bien oculto hasta el final.
Un abrazo y suerte, Pablo
La vida es un pañuelo. Muchas gracias por tu comentario tan halagador. Un abrazote.
Me ha gustado mucho Pablo, un giro final inesperado. Mucha suerte. Abrazos.
Me alegro que te guste. Muchas gracias, Nuria, por leer y comentar. Un abrazo.