39. Cuando la música cesó
– Permanezca en la sala. En cuanto los trámites estén listos lo llamaremos– anunció una voz sin rostro.
La orquesta de Ray Conniff ejecutaba entrañables melodías pop. Le incomodaba que canciones genuinas que formaban parte de su vida sucumbieran ahogadas en un mar de instrumentos rítmicos y coros inclementes. Él no era un entendido, tenía gustos musicales variopintos, pero antes muerto que soportar ciertas sinfónicas atrocidades. Esta mañana, sin ir más lejos, mientras hurgaba entre sus cosas había rescatado complacido el vinilo de Serrat dedicado a Miguel Hernández. Por la tarde recorría el medio centenar de kilómetros hasta la residencia de su madre acompañado por el exquisito fraseo de guitarra de Wes Montgomery.
Oyó pronunciar su nombre. Mientras se alejaba advirtió que la música que había logrado al fin adormecerlo ya no sonaba. Sin ella no pudo recordar qué hacía allí. Como si hubiera dejado la memoria en donde ardía el vehículo.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
THE VERVE – Bitter sweet symphony
https://youtu.be/JnRw8bXVbPI
Igual que Borges imaginaba el paraíso como algún tipo de biblioteca, el de tu protagonista, que no se confiesa entendido, pero si alguien que disfruta de la buena música, a la fuerza tenía que tener un contenido melódico. También podría pensarse que la idea que tenemos de ese lugar idílico no es el real, con aburridos trámites burocráticos y hasta una sala de espera con un hilo musical de temas no genuinos, pero nunca es todo tan ideal como lo imaginamos o quisiéramos.
Serrat es una gran elección siempre, al igual que West Montgomery, aunque quizá, en ese trayecto en coche, hubiera sido más apropiado algo más movido, para evitar la temible somnolencia.
Un relato original que, acorde con el título, viene a decir que la música nos acompaña durante toda la vida. El silencio y el vacío solo pueden significar el final, o un cambio de rumbo.
Un saludo y suerte, José Luis.