Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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41 . CUENTOS Y CUENTAS DEL ASERRADERO (Amparo Martínez)

Hace 1 año, 2 meses, 3 semanas, 4 días y mi dedo índice que padre nos abandonó. Desde entonces, madre no me señala con el suyo. Además, inventa cuentos para consolarme por mi doble pérdida. ¡Como si, todavía, fuera aquel mocoso de 12 años!

Érase una vez un dedo acusica, metomentodo; un dedo ni largo ni corto, ni gordo ni flaco; un dedo marimandón y sabelotodo, orgulloso y presumido. A la menor oportunidad se estiraba, para ser el primero en contestar, en salir voluntario, en señalar culpables, en exigir silencio, en probar todas las tartas. Hasta que un día, de tanto moverse de izquierda a derecha y de derecha a izquierda (¡no, no, noo, nooo!), se desenroscó de la mano y salió volando hacia las nubes. Ahora, es feliz haciendo cosquillas a los nubarrones que les cuesta llover, o agujereando la niebla para que el sol se asome.

¡Pobre madre! No sospecha lo orgulloso que estoy de mi mutilación… Tras la paliza que la dejó inconsciente, padre se lanzó a sacudirme a mí. Pero, no perdí el dedo índice en el forcejeo -como cree madre-, sino en alguno de los 5 cortes transversales que le practiqué a ese cabrón.

11 Responses

  1. Brutal de principio a fin. Me encanta la enumeración del comienzo y el cierre, así como la historia que inventa la madre sobre el dedo perdido. Una historia dentro de otra en un relato tan breve, me parece portentoso. ¡Enhorabuena!

  2. Ángel Saiz Mora

    Una realidad terrible y un acto de defensa propia de justicia, hay que decirlo. Un padre que ya no está y solo al final, como debe ser, se nos desvela el motivo y la forma en la que todo sucedió. Una madre que trata de quitar hierro a unos hechos escabrosos con un cuento infantil, como terapia suavizante para un niño que ya había dejado de serlo. Un título que no le puede ir mejor a esta historia de antes y después, de infancia perdida en un momento, de malos y buenos que bien pudieran ser reales.
    A mí me parece un relatazo, que rima con este abrazo de verano que te mando, Amparo

    1. Pues, como siempre, tras leer tu exquisito comentario, ya no tengo nada que añadir.
      Muchas gracias por leer-me, Ángel. Me ha encantado el final!!! Me quedo con ese abrazo veraniego. Y para ti, otro de cariño y admiración. 🙂

  3. Amparo me ha encantado tu relato. Es muy duro, pero real y muy visual. Me ha gustado mucho la parte esa infantil cuando imagina hacer con su dedo y todo lo alcanza. Tiene de todo tu relato, impresionante!!
    Besicos muchos.

    1. Muchas gracias, Nani.
      La vida tiene de todo. Nadie es malo o bueno, duro o blando, positivo o negativo… Cómo los d dos índices 🙂
      Un abrazo grande.

  4. María Sergia Martín (towanda)

    ‘Cuatro días y mi dedo índice’, qué bueno. Qué buena y diferente forma de medir el tiempo.
    Sí, señora. Con un par.
    Un abrazo enorme y mucha suerte.

    1. Contar con números (para eso están). Contar con hechos pasados, vividos, soñados, sufridos. Contar cantidades o contar cuentos. Contar cuentas saldadas. Cuentas y cuentos!!!

      Un abrazo grandeeee, Tow.

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Petra. Poco puedo añadir a lo ya dicho. Estoy de acuerdo con la adecuación de la integración (¿?) en el texto del relato ideado por la madre para «aliviar» a su hijo. Y con lo terrible de la historia, que así consigue que nos pongamos en el lugar del chaval y aceptemos como buena su sangrienta defensa. Suerte. Un beso.

    1. Muchas gracias, Jesús.
      A veces, las circunstancias, la ternura, la lógica, la justicia, las emociones, la empatía… nos hacen tomar partido por el criminal. Simplemente somos humanos.
      Un abrazo!!

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