Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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67. De Profundis (Miguel Ibáñez)

Cuando el autobús no se detiene en tu parada tienes que gritar desde el fondo para que te abran. Mientras todos te miran.
La puerta del tanatorio siempre está llena. Un barullo de personas que fuman después de haber colocado a los niños. Ajustar rápidamente los horarios y salir del compromiso. Como cuando te toca una pipa agría.
Tía María hace unas lentejas buenísimas, pero no supo hacer amigas. Se quedó viuda y está sola. Lleva gafas y dice que no se tiñe más el pelo. También que desde que murió el tío ha salido un agujero en el salón, que desayuna en la cocina para no verlo, pero que oye como piedrecitas que se desprenden en su interior, y le da miedo. Es baja, tiene los ojos saltones y ningún sitio donde ir. Le gusta la línea azul porque recorre toda la ciudad. Se monta solo por hacer algo.
Una vecina del bloque se murió. No tuvo que mirar la agenda. Se vistió y se fue. Ni se saludaban en la escalera. Estuvo toda la tarde en el velatorio. Sin escuchar las rocas. Y no salió fuera ni una sola vez, porque ella no fuma.

8 Responses

  1. Tus cuadros a veces son expresionistas. Otras veces abstractos. Otras veces inventas géneros a los podríamos llamar, por ejemolo, cubismo-naif.
    Pero siempre hay arte. Las pinceladas a veces son mas gruesas y decididas, otras veces finas, repetitivas como la lluvia fina.
    No entiendo mucho de arte, pero el tuyo emociona y muestra de forma sencilla cosas que no se ven con los ojos.
    Me declaro fan de tu etapa zzul.
    Grande, Her Ibañez.
    Y suerte!!

  2. Barceló Martínez

    Hola, Miguel.
    No sé porqué, al leer tu relato, me ha venido a la mente esa rima de Bécquer que habla de la soledad de los muertos, aunque al contrario. En este fragmento, cambiando la palabra «muertos» por «vivos», creo que podría explicarte este galimatías neuronal mío:
    «…
    Ante aquel contraste
    de vida y misterio,
    de la luz y las tinieblas,
    yo pensé un momento;

    ¡Dios mío, qué solos
    se quedan los vivos!
    …»

    Perdón por la movida mental que he liado, pero me parecía interesante contarlo. A veces las lecturas sugieren cosas y a mí, me ha sugerido esto.
    Después de esta perorata, decirte que me parece un relato muy interesante y narrado de una forma distinta y original, no me importaría votar por él si estuviera en el jurado. Mucha suerte y un abrazo.

  3. Pablo Núñez

    Tomando el título de aquellos escritos que Oscar Wilde hizo en la cárcel (creo que a tu relato le viene como un guante), nos cuentas la historia de una persona a la que todos podemos poner cara, de alguien muy real. Pero amigo, y aquí viene lo realmente brillante, nos lo cuentas con tu personalísima forma de narrar lo cotidiano y lo conviertes en un relato lleno de magia.
    Sigue escribiendo, Miguel, porque es un verdadero placer leerte y aprender de ti. Y sentir todos los sentimientos que acompañan a tus letras.
    Abrazo, Mike.
    Pablo

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