56. De vuelta al hogar
«Lo hemos tratado como un hijo más pero…» en esa parte desconecto y pienso en el padre Luis, su vara y su cara de rabia y odio cada vez que me ve de vuelta. Ya es mi quinta casa de acogida y se han portado muy bien conmigo, pero yo sólo quiero estar con mi madre y aguanto lo que haga falta para regresar junto a ella. Sor Inés, que siempre me busca buenas familias, les pide disculpas apenada mientras con disimulo me lanza dolorosas miradas de decepción. Aunque con el paso del tiempo es más bien miedo lo que veo en sus ojos porque cada vez es más evidente nuestro parecido.
Una extraña familia. Me gusta cómo las piezas del pequeño puzle al fin encajan y todo tiene lógico y está en su sitio.
Los lazos familiares pueden ser muy fuertes. A nadie se le debería forzar a que vaya en contra de su naturaleza, de ahí los vanos intentos de acoplar a un niño con una y otra familia, y su intención de regresar al seno materno una y otra vez. Las convenciones sociales son una cosa, lo que dicta el corazón es otra. Las personas actúan por un motivo, que queda claro al final del relato, con unos personajes bien delimitados por sus circunstancias. Queda claro quien es la madre del muchacho, protagonista y narrador; el padre, que puede que lo sea dos veces, nos lo imaginamos.
Un saludo y suerte, Germán
En esta extraña familia, como dice Luisa, quien sea el padre parece que no importa…la madre es la base. Un texto corto con una larga historia. Enhorabuena. Saludos