54. Déjà vu 1978 (Jerónimo Hernández de Castro)
Antonio rebullía en la cama del hospital. No se acostumbraba a tanto tiempo sin usar calzoncillos y se rascó bajo el camisón verde que no era capaz de abandonar. Su nieta, compañera silenciosa durante toda la tarde, puso a cargar el móvil antes de abrir el armario compartido con su vecino de habitación, también operado de lo mismo.
– Abuelo hay que modernizarse. Tenemos que hablar con Lady Gaga para que te dé el contacto de su modisto.
El convaleciente reparó entonces en los pantalones negros ceñidos hasta la rodilla que ocultaban las botas de la joven. Por un instante se vio con una camisa oscura de cuello infinito bajo una esfera multicolor de cuadritos de espejo, barriendo la pista con sus inmensas patas de elefante. Aquellos no eran tiempos para hacerse un traje blanco, pero con su tupé moreno y ese movimiento de muñecas todas las chicas querían bailar con él.
Qué cachondo eres, Jero… Aún conservo la sonrisa imaginando a tu Antonio «Manero» enfermo de próstata bailando una de Lady Gaga con su nieta, jajaja. Muy ocurrente, sí señor.
Un abrazo a mi amigo más televisivo.
Mil gracias Fernando! ahora a volver a la normalidad y a disfrutar de los microrrelatos, especialmente de los tuyos 🙂 Un fuerte abrazo amigo
Hay esos pantalones, cuanta más campana mejor. Quien sabe si volverán.
También los jóvenes de ahora se verán ridículo dentro de unos años, debe ser ley de vida.
Un abrazo.
Gracias Asunción! Desde luego que las modas son efímeras pero regresan al cabo de poco tiempo. Un eterno retorno que relaciona las generaciones. Un fuerte abrazo
Me ha hecho gracia imaginarme a un Tony Manero abuelete y con una nieta fan de Lady Gaga. La verdad es que la vida va repitiéndose a sí misma en un ciclo bastante tedioso, menos mal que por lo menos se puede usar para echarle imaginación y unas sonrisas, como has hecho tú en este micro. Besos y suerte.
Gracias por el comentario Ana. Quienes recordamos John Travolta en aquella época lo tenemos fácil para imaginarlo de abuelo nostálgico. Un beso grande,
Jerónimo, nos retratas la moda de la época con tono jocoso y original. Enhorabuena por el relato y por tus 100 programas. Mañana te veremos. Saludos
Gracias Calamanda. Me alegra que el micro te haya hecho sonrerír. Gracias también por tu felicitación «centenaria» Ahora toca volver a la normalidad y disfrutar de las cosas buenas como este blog y todos los que forman parte de él. Un gran abrazo
Muy divertida tu historia, narrada con ingenio.
Felicidades, Jerónimo.
Gracias María Jesús. No sé si es ingeniosa pero me alegra que te hayas divertido con este «abueli» Manero. Un abrazo
¡Es que nos creemos que Jonh Travolta sigue eternamente joven bailando en la pista! Y no, ellos también se hacen viejecitos y tienen nietas con tanta chispa. Muy bien visto, si señor.
Gracias Isabel. A veces como dices nos olvidamos de lo fundamental de la vida y he querido acordarme con una sonrisa. Un abrazo
Elegiste la misma peli que yo, pero desde otro punto de vista, el humor del bueno.
Gracias Carmen! ¿cuál es tu relato? Lo estoy buscando. Muchas veces no da tiempo a leerlo todo. Espero que te haya hecho sonreír. Un abrazo
Los pantalones de campana y la bola con cuadraditos de la discotecas eran un símbolo de juventud y modernidad, pero todo envejece, aunque también es cuestión de sentarse a esperar, pues al final todo vuelve.
Muy divertido tu relato, con ese contraste generacional.
Un saludo y suerte
Gracias como siempre Ángel por tus comentarios y por tu sabiduría. Me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo y suerte.
Divertido relato, en el retratas muy bien la moda del momento y la de «su» momento. Ese Antonio bailará igual de bien con cualquier modelito que se ponga, eso si, primero que se reponga de su operación.
un abrazo Jeronimo
Muchas gracias María Belén. Es curioso pero pensaba que el relato tenía un punto de melancolía pero ha llegado más su aspecto divertido. Transmito a Antonio tus buenos deseos y a ti un beso grande.
Qué casualidad, yo también escogí un hospital como escenario de mi relato.
El tuyo me ha recordado cuando mi padre estuvo ingresado hace unos meses. Aunque él de Travolta tenía poco, con la bata verde desteñida, sus muletas y su cadera recién operada.
Me ha encantado ese contraste musical-generacional. Me ha venido a la mente Travolta con sus cuelllos enormes y cara de póker face 😀
Hace poco vi la peli. No me esperaba que fuera tan dramón.
Mucha Suerte.
Besos.
Gracias como siempre Esperanza. Yo vi la peli hace tiempo y la recuerdo como más que dramática. Nos quedamos siempre con la música divertida de los Bee Gees y Travolta triunfando en la pista. En el relato me he quedado con la fugacidad de las modas y el eterno retorno. Un beso enorme y mucha suerte. Te leo en cuanto pueda que llevo unos días respondiendo mensajes 🙂
Me ha gustado mucho el tono de la historia, los personajes escogidos y el giro que le has dado a ese crepúsculo de toda una vida de bailes y pistas de discoteca. Me parece muy imaginativo y me dejas con muy buen sabor de boca. Me voy a leerlo otra vez. Un abrazo y suerte 🙂
Me alegro mucho que te haya gustado Juan Antonio. Mil gracias por tu comentario tan amable. Un fuerte abrazo
Hola Jerónimo, me gusta esa ironía imaginándome a esos personajes en esa situación en lo referente a lo de Lady Gaga, jeje, muy optimista este relato y con grandes dosis de simpatía.
Suerte
Saludos
Rosa
Muchas gracias Rosa. El contraste Lady Gaga versus John Travolta en el fondo no es tan grande jejejeje, sólo unas décadas de diferencia y en el presente la nieta y su marchoso abuelo de otros tiempos. Un abrazo