08. Desenfreno programado (Diego Cano-Lasso Pintos)
Mientras desayunaba vi en el almanaque que era catorce de febrero. Y pensé:
Esta noche sexo desenfrenado, me da igual que sea San Valentín.
Tengo que concentrar energía.
Me puse a ver fotos recordando nuestra pasión de juventud. ¿Qué quedó de aquello? Solo incomunicación, rutina de días y años marchitos. ¡De hoy no pasa!
Comí ordenadamente y dormí placentera siesta. Salí a pasear con mi mujer y merendé en el parque madalenas con chocolate, que dicen que da mucha energía.
Llegamos a casa anocheciendo y le insinué:
–Podemos hacer…
–El qué –interrumpió– voy a preparar la cena.
–Está bien, voy a ducharme.
Quizá me haya precipitado. Una ducha calentita deja como nuevo.
Los pensamientos y el agua recorriendo mi cuerpo me cargaron de deseo.
Salí del baño oliendo a limpio.
Antes de llegar al salón, donde había previsto el evento, ya oí en el pasillo su voz desde la cocina:
–Tienes la sopa caliente en el plato y ahora frio las salchichas.
–Vale –contesté.
Aumentaré fuerzas, pensé.
Cenamos hablando de intrascendencias y después de recoger vi que se había hecho tarde; no me pareció oportuno insistir.
Llevamos así veinte años, arrancando la hoja del almanaque estéril. Mañana será otro día.
A través de los pensamientos de este hombre, unido a la visión práctica de su pareja, comprobamos que los dos términos del título no pueden ir unidos, como tampoco tiene sentido que en una fecha determinada tenga que suceder algo concreto. Si la pasión no aparece a lo largo del año y de forma espontánea, difícilmente surgirá de manera impuesta.
La historia de un personaje lleno de indecisión, aunque también de buen conformar.
Nosotros conocemos sus pensamientos, el vaivén que se decanta por la inacción, pero lo más jocoso es que ella no llega a enterarse.
Un saludo, Diego. Suerte
Muchas gracias, Ángel, por tu comentario.
Saludos.
D