Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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2. DESNATURALIZADA. (Jesús Alfonso Redondo Lavín)

Orejo, julio 1926. El tren llega a la estación de Orejo (Cantabria)

Una joven saca por la ventanilla a una criatura de meses y se la ofrece a las dos aldeanas.

─Tómenla, por favor, su madre, que se llama Luisa, llegará en un momento a la estación a recogerla.

Las dos se miran estupefactas. Habían compartido el trayecto con la joven y se habían entretenido en hacer cucamonas a aquella bebé de ojos tristes.

Don Alejandro, el jefe de estación, hace sonar el pito de marcha del tren. La joven nerviosa, cambia de actitud y chilla:

─ ¡Cójanla o la tiro!

Ante esta amenaza, Encarnación y su hermana Saturnina se apresuran a recoger a la nena.

Buscaron entre los viajeros que vienen, van o esperan. Ninguna mujer de nombre Luisa se presenta.

En la oficina de la estación hurgan entre las ropitas y hallan un papel:

“Se ruega a quien la recoja que la cuide como a una hija. Su madre no volverá a verla pues se marcha a Cuba a contraer matrimonio y no quiere que se entere su futuro esposo. Está bautizada como Matilde”.

Aquellas hermanas solteras, molineras en Villaverde de Pontones, nunca se separaron de la niña.

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Una forma incorrecta de imponer a unas personas desconocidas la responsabilidad de hacerse cargo de una criatura, pero como suele decirse, bien está lo que termina bien, lo importante siempre es el resultado. Mejor estas mujeres piadosas que una madre desnaturalizada y desentendida.
    Un abrazo y suerte, Jesús

  2. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Mi abuelo acompañó al reportero al molino de los Guerra en Villaverde de Pontones a cubrir el artículo y conoció a la criatura. Gracias Ángel.

  3. un tal Miguel

    La he visto en blanco y negro, hasta he oído esa petición final desesperada. Me llega ese final feliz. Da para una película con regusto amargo si no fuese porque intuyes que fue real y muy frecuente en una época en la que nadie se atrevía con el “de este agua no beberé”. Una foto de nuestra historia. Y qué real lo dices, que forma la tuya de removernos la conciencia, qué aprendizaje duro de tener que admitir la vida como es.

  4. Rosa Gomez Gómez

    Es difícil juzgar a la madre que abandona a la niña porque no tenemos su biografía. Aunque el título no deja lugar a dudas.
    Aunque me sigue inquietando.Y si la mujer lo que pretendía era salvar a las dos? A ella y a la niña, ya que no podía cuidarla.
    Lo que está claro que la puso en riesgo. Me alegro que la vida no me haya puesto en esa tesitura.

    1. Jesús Anfonso Redondo Lavín

      Se dijo que la supuesta madre descendió del tren en la estación de Solares y que tapándose la cara con un velo corrió a meterse en un coche que la esperaba enfrente de Casa Enrique (buen restaurante), coche que de inmediato arrancó a toda velocidad hacia no se sabe donde.

  5. Rosalía Guerrero

    Mientras lo leía pensaba que era realista, que muchas madres se han visto abocadas a abandonar a sus hijos e hijas, más aún en un contexto de pobreza. Y, a pesar del título, no puedo dejar de empatizar con ella, y creo que lo hizo con la mejor intención. De hecho, parece que al final esas dos hermanas cuidaron de la niña mejor de lo que lo hubiera podido hacer su propia madre.
    Un abrazo y suerte.

    1. Jesús Anfonso Redondo Lavín

      En mi afición por investigar en libros sacramentales he encontrado muchas veces a niños abandonados, generalmente en los pórticos de las iglesias que llevaban entre sus ropitas una nota ( billete o cédula, escribían en los bautismos que siempre se celebraban subconditione aunque en la nota pusiese que estaban bautizados).

  6. Jesús Anfonso Redondo Lavín

    Tiene más perdón la necesidad por enfermedad o pobreza, pero en este caso no parece que fueran causas eximentes. Me falta investigar si fue rebautizada en Villaverde. Lo cierto es que el bautismo que declaraba la nota no pudo ser probado.
    Gracias por tu comentario.

  7. Pablo Vázquez Pérez

    Aterrador y tierno a la vez. En relato será tan bueno como aquí. Y como novela podría ser también. Un abrazo.

  8. Jesús Álfonso Redondo Lavín

    Gracias, Pablo por pararte a leer este relato. Sigo investigando sobre el suceso para hacer un relato más amplio.

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