64. DESTIEMPO (A. BARCELÓ)
Cada nuevo rechazo arremetía contra la frágil estructura de su personalidad y la hacía desmoronarse igual que un castillo de naipes. Las palmaditas en la espalda o el simple aire expirado de la palabra “no” provocaba una reacción en cadena parecida al efecto dominó. Un día no le quedaron fichas en pie y se dejó asfixiar por la inercia de todas sus decepciones.
¿Qué habría pasado si no se hubiesen completado las catedrales al morir sus arquitectos o si con la pérdida de los grandes pintores hubiesen desaparecido también sus obras? Esa fue la pregunta que se hizo ella al comenzar su particular cruzada, la que acabó deshaciendo la conjura de los necios que no supieron valorar la peculiar historia que había dejado escrita su hijo.
El tesón de una madre convencida del talento de su hijo John, hizo que una obra diferente e interesante viese la luz, para disfrute de innumerables lectores.
Al leerla es inevitable preguntarse cómo fue posible que la rechazasen tantas veces.
A partir de un buen ejemplo tomado de la realidad, has compuesto un relato que transmite constancia, positividad y esperanza.
Un abrazo grande y suerte, tocayo.
Hola, Ángel.
No puede ser de otra forma, tú siempre interpretas a la perfección las historias, incluso cuando son realmente difíciles de interpretar. Tienes esa capacidad que tod@s admiramos y valoramos.
Decirte que es esta ocasión casi hago bueno el lema que nos debía servir de inspiración: «Más vale tarde que nunca», pues en contra de mi costumbre, por poco no llego a publicar dentro de plazo. No ha sido algo premeditado, te lo aseguro.
Un cálido saludo de tu amigo y Tocayo.
Querido Barceló: leyendo tu micro, me doy aún más cuenta de lo importante que es que el lector tenga en la mente una gran biblioteca de lecturas previas: todavía tengo en el debe leer «La conjura de los necios», de ahí que me costara terminar de interpretarlo sin recurrir a don Google. Después de saber que se trata de una obra póstuma ganadora del Pulitzer y de un escritor rechazado (y de su final),da aún más bronca que no lo supieran valorar en su tiempo, y da admiración esa madre que póstumamente dio a conocer su obra.
Antes de despedirme, te pido disculpas por tardar en responder tu comentario a mi micro; me di cuenta tarde de que había quedado camuflado, traspapelado entre los otros.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
No tienes que disculparte por nada, al revés, yo siempre agradecido de poder cruzar unas palabras contigo, una persona a la que aprecio y admiro a pesar de no haber tenido la oportunidad de conocer en persona.
Por otro lado, coincido contigo en tu reflexión de tener un haber importante de lecturas, aunque es verdad que por mucho que uno leyera nunca conseguiría abarcar todo lo que hay escrito, por más vidas que dedicara a ello. A mí me gusta pensar que lo que termino leyendo, por una u otra razón, tiene un componente de predestinación y que si, de una u otra manera, ha llegado a mis manos para que yo lo lea, es porque tiene como misión aportarme algo que tengo que conocer, aunque yo lo ignore o no lo sepa interpretar en el momento que lo estoy leyendo. Como puedes ver, un pensamiento tremendamente romántico.
Cariños para ti tambien, mi estimada amiga.
Ángel, un relato con referencias auna gran obra y todo lo que llevó su aparición,pero esta historia incluso sin tner un referente literario se alcanza a entrender y con los ejemplos del artista o la catedral da mucha fuerza y solidez a entenderlo por completo. Suerte,abrazos
Hola, Manuel.
Gracias por tu interpretación. Se dice eso de que la realidad supera a la ficción. Las tramas fundamentadas en hechos reales siempre me han llamado mucho la atención. A veces, sobre todo si se trata de traspasarlas a un microrrelato, con la rigidez de su extensión, no admiten una introducción suficiente para ser entendidas o relacionadas con los sucesos de los que tratan, si bien, yo intento incluir pistas fundamentales, como en este caso el título de la obra: La conjura de los necios.
Después de leer esta novela, un poco surealista e inmensamente sarcástica con el modelo de sociedad americano, me sorprendió descubrir la historia de coraje y perseverancia que había detrás de ella.
Un cálido saludo, estimado Montesinos.
Hola, Ángel. Una madre es una madre y, aunque a veces pueda equivocarse, en la mayoría de casos el vínculo estrecho con los hijos y su conocimiento, le permite tener una visión global del conjunto. Por muy madre que se des, la prudencia debe dominar todos los terrenos y, si ella dijo que sí, es porque estaba en lo cierto.
Un abrazo, Ángel.