42. DESTINADOS (Belén Sáenz)
Cuando aún son huérfanos de padre eterno. Mucho antes de ascender a los frescos de salones palaciegos, mofletudos y casi en cueros, y tener que aprender a base de chichones que el cielo limita por el norte con mortero de cal. Incapaces de imaginar que quienes se dicen artistas pretendan eternizar su piel incorpórea en madera tallada para luego arrinconarla en una polvorienta sacristía. Con licencia para soñar que vuelan en el azul Patinir, jugar a la peonza con Saturno, dejar desatendida la esquinita de mi cama. Sin jerarquías ni encomiendas, buscando acomodo en nubes recién tejidas, aferrados al vértigo de la estela de las cometas que roba el viento.
Todo esto les sucede a los ángeles niños cuando apenas asoma una leve pelusa blanca entre sus omóplatos, cuando no sospechan todavía que unos serán salvos y otros serán caídos.
Wow, Belen, qué maravilla. A mí me ha encantado. Felicidades.
Para todo hay que tener suerte. Hay quien nace predestinado, de serie, lo que condicionará toda su existencia. Para unos, la gloria; para otros, el infierno, sin que nadie pueda cambiar ese camino decidido de antemano.
Un relato con muy hermosas pinceladas y un profundo mensaje de fondo.
Un abrazo, Belén. Suerte
Divino tu relato, Belén. Cómo corresponde a los ángeles que nos describes.
Felicidades y un besito virtual.
Me gusta mucho lo que cuentas en tu micro y cómo lo cuentas de bonito, pero sobre todo, me gusta lo que no has querido narrar y está ahí presente.
Palabras angelicales perfectamente elegidas para dejar un poso de realidad camuflada de fantasía.