Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC06. SE ME CAYERON DEL CAMELLO, de Jesús Alfonso Redondo Lavín

En nuestra pandilla éramos 5. Todos de 1949: José-Ignacio, José-Luis, Juanma, Miguel y yo.
Después de que el General Franco y el Cardenal Primado dejasen entrar en España a Papá Noel por las bases militares de Morón, Rota, Zaragoza y Torrejón, y antes de que saliesen, el “Olentxero” de su aldea  y el “Cagané” de Cataluña, aún, nuestro amigo Miguel creía en la veloz ubicuidad con que los tres Reyes Magos repartían los juguetes a los niños en una sola noche.
Tratábamos de convencerle pero, Miguel, testarudo, erre que erre, no cedía.
Hasta nos atacaba furioso, con la pasión de un templario a infieles sarracenos.
Miguelito, también creía en la cigüeña y eso que en San Ignacio, la barriada de Deusto, donde residíamos, no vimos nunca una, salvo en los dibujos de las fábulas de Esopo.
Tres años antes, en 1956, en nuestra casa de Lezama, en Vizcaya, mi padre no pudo resistir más. Me acompañó al gran armario que había en su dormitorio. Me hizo jurar que no se lo diría a mi madre. Abrió las puertas y me enseñó todos los juguetes que para mi había comprado.
Aquel día Melchor, Gaspar y Baltasar se me cayeron del camello.

48 Responses

  1. Jesús Alfonso, creo que en nuestra época, los padres se dejaban pillar o lo decían antes porque así los regalos bajaban de nivel. Nosotros estamos pillando todas las crisis.
    Como todos tus relatos, se leen muy bien y me gustan.
    Un abrazo

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Gracias EPI. He pasado una gripe que me ha mantenido callado esta semana. Tenemos que cuidarnos. Recuerdo mis navidades en casa de la abuela en Valladolid. ¡Qué frío qué felicidad y qué piñones! Qué risa nos entró a los siete primitos, cuando la abuela descolgó del tendal una camisa tiesa como una tabla. En aquellos caserones todo se trajinaba a base de orinal. El retrete fue una mejora de los tiempos y se solía colocar, para favorecer la bajante, en el balcón, tapiando una esquina del mismo. En navidad era inpracticable; se helaba la cisterna.
      Un abrazo Epi.

  2. Paloma C.

    Bonito relato costumbrista que nos hace regresar a nuestra lejana infancia. Muy bien narrado ese fin d la inocencia, tan triste, que yo hasta lloré cuando reconocí que no existían los reyes magos.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      En nuestra casa seguimos poniéndonos los regalos y procuramos que tengan algo de sorpresa. Creo que desde que nacieron mis hijos tengo esta escena grabada en la «cam» todos los años.
      Gracias Paloma por pararte a leer este escrito.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Nunca he estado seguro de que estas pérdidas de inocencia, que son varias, es mejor que sucedan en la calle o en casa.
      Gracias Ana por leer este escrito.

  3. Jesús, he leído tu relato después de mandar el mío. Y me he quedao de un aire! Solo puedo decirte una cosa: Tú fuiste muy afortunado.

    Por mi parte, me hago unos regalos de Reyes que lo flipo, me voy a la cabalgata el día cinco y el día seis me desayuno un roscón con nata que no se lo salta un torero.

    Y a partir del siete de enero: ¡Primavera!! Ahí queda eso.

    Tu relato, como siempre, maravilloso, histórico, didáctico y genial, maestro!!

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Y yo he leido también el tuyo. Ya ves son etapas de la vida que hay que ir superando. En seguida, como tu dices, spring season. En la Lezama de mi niñez había una gran mimosa, era la encargada de decirnos que la primavera llegaba. Aun hoy las mimosas me despiertan el corazón.
      Besos, Jesús.

  4. Jesús, los pelos como escarpias al recordar el momento en que dejé de ser niño. Ahora, sólo sigo siendo inocente ante una mujer de ojos oscuros.

    Suerte. J.Coronado

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Gracias por pasarte por aquí, tocayo. Hoy ya nadie pierde la inocencia pero muchos el trabajo, que es peor.

  5. Hola Jesús,’desde Galicia para el mundo’ también salió el ‘Apalpador’ por ahí a echar una manita. La frase final, genial y sin parangón. Suerte y un saludo.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      No conocía yo al Apalpador ese, pero con ese nombre parece más bien aquel tocapelotas furtivo que solía meterse en las casas de sus vecinos, no para robar, sino para tocarle los huevos al dueño de la casa y salir corriendo por la ventana.
      Ya me informarán sobre el asunto mis amigos gallegos, los Marcote de Coirós.
      Gracias por tu lectura.

  6. Marcos Santander

    Jesús, ¿qué quieres que te diga?, genial, universal, cercano, emocionante. ¡Cuántos Miguelitos, y colegas similares andaban por aquellos tiempos en aquel mundo único y global que era Bilbao. . . Y por otras galaxias, también. Gracias por otro relato de los tuyos.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Gracias Marcos, por favor no le toméis el pelo a Miguel Ayuso a cuenta del cuento. Bueno, solo un poco, ¿vale?
      Un abrazo y nos vemos en la comida de los Santos Inocentes que para eso lo fuimos.
      Un abrazo.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Hola amiga manchega. ¿Puedo saber qué lugar de la mancha tuvo la fortuna de date tu primera luz?
      Gracias por pasarte por aqui.
      Saludos: Jesús.

  7. Texto narrativo posiblemente real. Se lee muy bien, sin requiebros. La pérdida de la inocencia (impuesta en estos casos) y el descubrimiento de las primeras mentiras de los padres, gran tema para desarrollar y evitar en el futuro, quizás.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Que hagas tu análitica profesional es siempre un honor para el relator ya que indica que el relato al menos la merece.
      Saludos.

  8. nieves mtz. menaya

    Me sigue sorprendiendo esa facilidad para contar, para desarrollar una historia desde que la sitúas hasta que la cierras. Todos nos convertimos en espectadores entregados.
    Y como mérito añadido, se entiende. Un abrazo.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Que te crees que estos relatos salen instantáneos de las musas al Blog. Están muy trabajados, como ya sabes, sobre todo, para liofilizarlos en 200 palabras. Oye, cojo la indirecta, pero que sepas que si a veces no entiendo los tuyos, y los premian luego, es porque yo tengo un cero en imaginación, no fui de letras y músicas como tú.
      Besos. Lo pasaremos bien el día de los Santos Inocentes.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Eran camellos o dromedarios.Poco importa, hasta el Papa nos está quitando la mula y el buey del pesebre. Dromedario viene del griego «dromas», el que corre, camello que corre, como hipo-dromo es donde corren los hipos. Siempre tendremos la duda por culpa del tabaco, que como efecto secundario también provoca ignorancia. La famosa cajetilla de «CAMEL» pinta un dromedario en su publicidad.
      Saludos, Nuria.

  9. kistila

    a mi nunca me hicieron creer en papa noël (y menos todavía a los reyes ya que soy francesa)…
    así que no he «perdido la inocencia» en este punto y nunca tuve de reprochar tal mentira a mi madre y abuela…
    a pesar de ello para mi la navidad ha sido siempre jolgorio entre tíos y primos…

    nuestra abuela decía: «la navidad, como su nombre indica, nos recuerda cuando nació el niño Jesús… vinieron a visitarle tanto pastores como reyes… cada uno trajo lo que podía según sus posibilidades… y en recuerdo de este día todos nos agasajemos con lo que podemos… lo que importa es la intención y el cariño»…

    con mis hijos he seguido esta tradición, nunca me dijeron que hayan sentido tristeza por el hecho de que nunca les haya dado pie en creer en papa noël o reyes magos… supongo que sea porque hay regalos para todos que sean mayores o pequeños…

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Pelea entre la ilusión y la decepción. Yo soy de la opinión de que «fue bueno mientras duró».

      Por el cinco de enero,
      cada enero ponía
      mi calzado cabrero
      a la ventana fría.
      Y encontraban los días,
      que derriban las puertas,
      mis abarcas vacías,
      mis abarcas desiertas.

      El niño cabrero de Miguel Hernández, en su pobreza tuvo unos días de ilusión.

    2. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      El pueblo de mi suegro es Larraona y sus apellido (los que quedan en el pueblo son García de Baquedano y Murguialday). Lee esta poesía completa de Miguel Hernández. Es preciosa. Además creo que hay una versión cantada de Serrat.
      Besos y más besos Ana.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Fue más complejo. Yo era un tanto travieso. Creo que mi padre se excedió con el cinturón una semana antes y quiso congraciarse conmigo con aquella «revelación». Recuerdo que con alivio pensé que me había perdonado. No os asustéis los jóvenes, el uso de la correa era asaz habitual y admitido en aquellos tiempos; no existía supernani.

  10. Un tal Miguel

    Los indios, en sus arcos, tenían flechas de varillas de paraguas y las canicas de colorines, con el dedo gordo de catapulta, atacaban sin piedad a otras canicas asesinas. Las espadas, de ramas afiladas y peligrosísimas, se pelaban y decoraban con los rituales nocturnos de Don Quijote. Las guerras a balonazos eran sin piedad y las carreras de iturris, con las caras de los ciclistas famosos (Loroño, Botella, Bahamontes), eran derrapando y a muerte.
    En aquella época, me encontraba en la nube de la inocente ilusión. No intuía la realidad escondida en tu armario. Y sabes que ahí intento seguir, viendo el mundo colgado de la nube.
    Gracias Jesús por descubrir esos recuerdos y ese tu cariño y maestría.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Miguel, eres un tío grande. Ya sé que ya sabes quiénes son los Reyes Magos, a estas alturas sería muy preocupante, pero lo que sí me llena de orgullo y satisfacción, es ver que no te hayas encolerizado por revelar públicamente un secreto de infancia, del que me consta que ni te acordabas. A los extraños que lean esta respuesta les diré que antes de JAMSearla, gozaba del permiso del afectado. Ya veis su respuesta.
      Miguel, de la relación de juegos que practicamos en nuestro barrio de las escuelas y de nombre de calle “Enrique Sotomayor Cippini”, falangeta al que la democracia y el PNV desplazaron de la placa, poniendo en su lugar a un pintor euskaldún, no mencionas aquel divertimento guarrete del repatín. Sí, hombre, lo practicábamos en la que llamábamos “montaña”, aquel talud de arcilla en plano inclinado, de unos cuatro metros de altura. Sobre los surcos alargados, formados de tantas veces repetir el juego, dábamos bragueta suelta al pitilín para mojar la bajante. Después sobre el zapato de un pie, nos dejábamos caer por aquel tobogán. Cuántos pantalones manchados de barro y purín, lavaron nuestras madres sin sospechar el origen ¿eh? Sobre ese talud estaba la huerta de aquel aldeano del culo gordo, que acabó harto de echarnos, donde practicábamos el “hinque” , que recuerdo te gustaba mucho. Era como el Monopoli de los pobres, ya que se trataba de ir ganando terreno haciendo rayas inteligentes, en la arcilla con el destornillador robado de las herramientas de casa. Lo de las calles, los hoteles, los edificios, era de niños ricos y también lo trajeron los americanos, junto al beisbol , del que tan aficionados éramos y que no logró cuajar en España. ¿Recuerdas? Sin saberlo aprendimos inglés, idioma proscrito hablado por protestantes : cacher, picher, filder, fau, bola, estrai, aut, jomron y carrera.
      Nota: los de la pandilla seguimos juntos aunque cada uno vive en un lugar diferente.
      Un abrazo, Miguelito.

  11. Un padre recio, de la época. «Este niño es bobo o qué» debió pensar cuando le descubrió el grandísimo secreto. Es que me he quedado con el último párrafo, Jesús. Y también con Miguel. Yo quiero ser como Miguel, pero ya no es posible.
    Un abrazo.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Miguel estudió Ingeniero de Caminos en Santander. Conserva su inocencia. Ha viajado con su cámara por todo el mundo y celebrado exposiciones de fotografía. Trabaja en el Ministerio de Fomento y este mes no tiene paga extraordinaria. Las chicas, y la suya propia dicen que es igualito que Richard Gere. Es también buen relator y trovador de sus propia poesías, aunque no logro que escriba nada en este blog por mucho que le empuje. Miguel existe.

  12. María Elejoste

    Jesús Alfonso, como siempre un relato sólido y muy biene structurado esta vez con un toquecillo irónico en la forma de escribir. Me encante eso de que Franco dejo entrar a Santa por Torrejón… bueno como tironcillo de orejas Olentzero, con z, y no se yo si en «Sani» San Ignacio llevarían bien lo de barriada de Deusto, a mi como deustoarra me ha hecho mucha gracia, bueno tu amigo el templario… espero que no le pisen los camellos je je. UN abrazo

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Hola María. Ya ves los templarios nos persiguen. Tomo nota de la «z».Lo de barriada era muy de nuestro tiempo. Los de Deusto erais más chulitos. Hola María. Ya ves los templarios nos persiguen. Tomo nota de la «z».Lo de barriada era muy de nuestro tiempo. Los de Deusto erais más chulitos. Volviendo a los templarios, esta semana que he estado en Málaga de vacaciones, y aunque jodido por un catarro, me he entretenido en estudiar las cabronadas que un tal Guillermo de Nogaret , le hizo primero al Papa y luego a los templarios. Tipo malo, donde los haya.
      Besos.

  13. Nicoleta

    Jesús Alfonso, me ha encantado realmente tu relato, por ser muy complejo; la infancia en los años de la guerra y el modo de que los niños tratan de asimilar lo que ocurre alrededor, los debates entre los chicos y la muy sútil argumentación de cada uno, las diferencias de edad y de experiencia familiar, el humor y la ternura, todo un mundo en menos de 200 palabras.
    Un abrazo y Felices Fiestas.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Me alegro que te haya gustado. El día de Reyes siempre fue especial. Solo tenía una cosa negativa; al dia siguiente había que volver al cole y no teníamos tiempo de gozar de nuestros juguetes.

  14. No recuerdo haber descubierto nunca quienes eran los Reyes Magos. Quizás porque la ilusión no tiene edad y lo aceptas como un juego y aún hoy, en esas fechas, puedo ponerme en la emoción de los niños y sentir esos nervios y esa intriga.
    Hay ficciones más dañinas, y no ficciones.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Pues estoy de acuerdo, hay que vivir estas situaciones desde dentro del teatro, gozando de la escena.
      Gracias por tu comentario y la poesía que le sigue.
      Saludos.

  15. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    He dicho que Olentxero salió de su pueblo (era uno de Navarra ¿no?), pero sería más fiel decir que lo «sacaron» de su pueblo. Ya ves intereses políticos que juegan con la inocencia. Soy un mal pensado.
    Besos Ana Uri-bi-ola (en Bilbao tenemos uri-bi-tarte. Ya sabes mis manías)

  16. Me permito poner aquí esta poesía de «la niña» Gloria Fuertes, para todos los que creen en la ilusión.

    EL CAMELLO COJITO
    (AUTO DE LOS REYES MAGOS)

    El camello se pinchó
    Con un cardo en el camino
    Y el mecánico Melchor
    Le dio vino.

    Baltasar fue a repostar
    Más allá del quinto pino….
    E intranquilo el gran Melchor
    Consultaba su «Longinos».

    -¡No llegamos,
    no llegamos
    y el Santo Parto ha venido!

    -son las doce y tres minutos
    y tres reyes se han perdido-.

    El camello cojeando
    Más medio muerto que vivo
    Va espeluchando su felpa
    Entre los troncos de olivos.

    Acercándose a Gaspar,
    Melchor le dijo al oído:
    -Vaya birria de camello
    que en Oriente te han vendido.

    A la entrada de Belén
    Al camello le dio hipo.
    ¡Ay, qué tristeza tan grande
    con su belfo y en su hipo!

    Se iba cayendo la mirra
    A lo largo del camino,
    Baltasar lleva los cofres,
    Melchor empujaba al bicho.

    Y a las tantas ya del alba
    -ya cantaban pajarillos-
    los tres reyes se quedaron
    boquiabiertos e indecisos,
    oyendo hablar como a un Hombre
    a un Niño recién nacido.

    -No quiero oro ni incienso
    ni esos tesoros tan fríos,
    quiero al camello, le quiero.
    Le quiero, repitió el Niño.

    A pie vuelven los tres reyes
    Cabizbajos y afligidos.
    Mientras el camello echado
    Le hace cosquillas al Niño.

  17. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Miguel estudió Ingeniero de Caminos en Santander. Conserva su inocencia intacta. Ha recorrido todo el mundo con su cámara de fotos. Es también gran escritor y facedor de poesías pero por mucho que le empujo se resiste a regalarnos sus escritos en este BLOG.
    Gracias Susana por pasarte por mi calle.

  18. Pues déjalo que no entre si no quiere perder su inocencia, y no le empujes, hazle la «trabanqueta», perdón la zancadilla, que no sé si en castellano es trabanquita también.

  19. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    He oido, no sé si mal, que ahora el Papa dice que los Reyes Magos de Oriente eran de la bética cordobesa. La madre que parió a los historiadores. No te amuela que eran payos desorientados. Y la ramita de olivo de la paloma de NOE sería de uno plantado en Martos.

    1. A ver, que si son de por aquí, pues a cobrar «royaltis». ¿La bética esa no está en Oriente? Y quien te dice que en vez de oro y tal y tal no llevaron aceite, polvorones y pestiños?
      Muy gracioso Jesús, tú vé invenstigando 🙂

  20. Anonymous

    Historia de un despertar, un tránsito irreversible hacia la realidad. Muy evocador y bien contado. En muy pocas líneas consigues contextualizar y situarnos muy bien en ese oscuro espacio temporal. Todo un acierto el relato, de principio a fin.
    J. Ariza. Desde Córdoba, despierto.

  21. Hola Jesús Alfonso.
    Me ha gustado mucho la enumeración de seres reales y / o imaginarios. Creo que faltan el ratoncito Pérez y el hombre del saco, o hay algún trasunto entr elos que escribes, je je.
    Muy ameno y confieso que a mí también «se me cayeron» en el año 78 más o menos. Felices reyes.

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