Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC115. EL ASUNTO, de Rafa Olivares

Ansaldo era un hombre serio y de pocas palabras. Al caer la tarde de aquel día de verano, en la década de los cincuenta, sólo dijo que iba a comprar tabaco. No volvieron a saber de él. Doña Angustias, viuda de militar y estanquera, confirmó que había comprado un paquete de Bisonte pero no sabía si al salir había tomado dirección a su casa o camino de Cerroscuro. Los hijos recorrieron los pueblos de alrededor en su busca llegando hasta la capital. Nada.
Veinte años después, la víspera de Nochebuena, a la hora de comer, se presentó Ansaldo en casa; entró y se sentó a la cabecera de la mesa, donde antaño solía. La sorpresa atenazó cualquier reacción de su familia. Le sirvieron el cocido, le acercaron el pan y le pusieron el vino con gaseosa que acostumbraba tomar. Sólo sus nietos se atrevieron a preguntar por aquel señor a quien no conocían, recibiendo por respuesta un «túcomeicalla«.
Semanas después fue Hilario, el hijo mayor, quien mientras podaban los almendros y como el que no quiere la cosa, le preguntó cómo había sido lo de su regreso.
— Olvidé el mechero, respondió Ansaldo.
Nunca más se volvió a hablar del asunto.

60 Responses

  1. Me gusta este tipo de micro donde lo hiperbólico se lee con naturalidad y sencillez. ¡Sí señor! Me llamaron la atención el nombre de ese camino, Cerroscuro, y el de Ansaldo, quizás porque nunca los había oído. Pero, por encima de todo, lo que me ha parecido de un surrealismo digno de quitarse el sombrero, es ese «tucomeicalla», con tamaño belén (nunca mejor dicho…) montado en casa. Enhorabuena.

    1. Gracias Vicente. Celebro que le hayas sacado tanto jugo al relato. El Cerroscuro es inventado, buscando conscientemente la relación con el transfondo. Ansaldo existe, no es muy corriente pero existe. Y el «tucomeicalla» a todos nos suena, seguro.

  2. Rafa, esto de mechero desde luego ha sido muy serio, así que no me extraña nada su vuelta. JA ,JA ,JA , muy simpático relato, ameno de leer. Acaba de ver tu blog y tienes muchos relatos. El mes que viene te visitaré para deleitarme con tu inmenso genio. Feliz Navidad, amigo, Sotirios.

  3. Hola, Rafa.

    ¿Y se quedó tan pancho? Pues sí que era hombre de pocas palabras; y tan pocas.
    Había cogido yo a Ansaldo y le había sacado las explicaciones a «guantás»… A mí no me hubiera servido lo del mechero, jajajaja.

    Rafa, me gusta mucho tu micro porque nos lleva al entorno del pocaspalabras y nos metemos de lleno en la historia. Es fluído y muy ameno. Te felicito.

    Un abrazote.

    1. Towi, noto un transfondo agresivo en ti, que no corresponde a tu dulzura. Venga ponte el gorrillo rojo o la corona, que tienes asustados a todos los personajes de diversos micros entecianos. pelín salvaje eres 🙂
      Abrazo.

    2. Antonia
      Jajajaja, espero que no se me asusten los amigos entecianos, pero es que estos tíos que no dialogan y actúan me ponen de los nervios, jajajaja, eres la monda.
      Pelín salvaje soy, c’est vrai!, a ver si el 2014 me amansa.

      Besos, bonita.

      Besos, Rafa.

  4. Jajaja, claro si olvidó el mechero…
    Me ha gustado todo aunque destaco la reacción a su regreso, la naturalidad de los nietos preguntando, la reacción de los adultos… A veces los grandes acontecimientos nos dejan fuera de juego.
    Me gusta el desarrollo de la historia, los detalles, la forma de narrar, más que la historia misma, la verdad.
    Un placer leerte amigo.

  5. El que más me ha hecho reír este mes junto con una guerra de reyes y santa claus y una muñeca hinchable. Me recuerda a mí cuando vuelvo a casa por Navidad, como y callo. Solo que yo cambio mechero por cigalas de mi madre .

  6. Pues no se debió de ir a Sevilla, puesto que no perdió su silla!! Ese «tucomeicalla» me trae taaaaaaaaaaaantos recuerdos. Ay, que infancias, madre, madre!!

    Me ha encantao el micro del primo de Don Oscar!.

    Un beso, Rafa,.

  7. Pobre hombre, tanto tiempo sin fumar, y la amnesia descomunal. casos así se han dado , y si no se darán, que la vida siempre copia las artes. me encanta el nombre tan sonoro, el ritmo, la cotidianidad y normalidad la con que se toma el regreso la familia y el personaje de la estanquera le da todo el juego a la historia. Chapó.

    1. Abrumado por tu análisis, Antonia. Te confesaré algo ahora que nadie nos lee, acababa de leer algo de Camilo J. Cela y estoy convencido de que la estanquera es un claro influjo suyo.
      Saludo reverencial con abrazo.

  8. Rafa, eres imbatible a la hora de mezclar surrealismo y costumbrismo. Ya lo demostraste con tu relato ganador de Octubre, y la bomba de este mes también estará ahí arriba.
    Me encantan esas pequeñas pinceladas (estanquera y viuda de militar, mientras podaban los almendros, el vino con gaseosa…) de información extra que logran transformar lo absurdo en hiperrealista. He dicho.
    Suerte y un saludo.

  9. Muy, muy bueno. El ritmo, el tono, los detalles que vas dejando aquí y allá. Vas creando una atmósfera, con esos nombres tan sonoros (Cerroscuro), el vino con gaseosa, y sobretodo el «tucomeycalla». Son como las pequeñas piezas de un puzle, van encajando, componiendo y nosotros ahí observando el cuadro maravillados y sin imaginar que todo se debe a un pequeño olvido, el mechero.
    Felicidades

  10. Hola Rafa:
    Este Ansaldo, además de poco hablar, parece que es de caminar lento y con una memoria remota, por eso tardó en volver y recordar el mechero. Un relato muy bien contado con un buen final, me ha gustado. Suerte.

    Saludos.

  11. El típico patriarca de «ordeno y mando». Y no pasa nada.
    Me gustaría saber cómo habría reaccionado si la que se hubiese desaparecido durante veinte años hubiese sido su mujer. Vamos mejor no imaginarlo…
    Me ha gustado un montón.
    Un abrazo.

  12. Muy bueno Rafa. Normalmente siempre he pensado que el desaparecía cuando iba a comprar tabaco, nunca volvía. Este se arrepintió después de 20 años y volvió como si nada. El mechero… una excusa sin lugar a reproche. Un placer leerte. Suerte.

  13. Rafa! me encantó tu relato, excelentemente narrado y te juro que me has hecho ver la escena de la vuelta, de esa entrada como si nada y los adultos sin respirar casi, me lo imagino al señor enjuto, altísimo y obviamente, de pocas palabras. PODIO!!! Te abrazo (Adriana Ríos)

  14. Fantástico el relato. Más que relato parece que esté viéndolo en una pantalla.
    El señor Asnaldo, perdón Ansaldo, me lo he imaginado como un hombre que yo conocía -mi abuelo- pero con el carácter totalmente diferente.
    En cuanto al tucomeycalla muy propio de mi época. Aderezado con un pescozón.
    Un beso.

  15. Jeje, Rafa, hombres así ya no quedan, que nos estamos ablandando con el progreso. Muy divertido y bien contado. Qué recuerdos me traes: Viuda militar y estanco; Bisonte (mi primer cigarro). Suerte.

  16. Un relato surrealista con un toque de realidad, aunque lo del olvidarse el mechero tiene su puntillo de » coña» y lo » comeicalla» tambien tiene su aquel de realidad.
    Me gustó mucho, y me fué muy facil visualizar el momento . Esta muy bien descrita la escena .
    Un saludo de fiesta desde Vigo.
    Puri

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