124. Dos árboles, veintisiete gallinas, seis balas de paja y un montón de puertas
Aquél día no paró de llover. Fui, como cada vez que había tormenta, a la calle La Rambla. Quería ver si era verdad lo que cuentan los más ancianos del lugar. En el verano del 54 llovió tanto que esa calle, que antes era una rambla, se convirtió en un río que arrastró una casa entera, algunos cerdos y varios árboles.
Cuando el agua casi asomaba por encima del asiento del banco empecé a ver algunas cosas: dos árboles; veintisiete gallinas; seis balas de paja y un montón de puertas, que supuse que eran de la carpintería de mi tío que estaba más arriba.
Salté sobre una de las puertas, no quería mojarme, el banco estaba totalmente sumergido. Entonces pensé en que los más ancianos del lugar, algún día recordarían el verano del 99 en el que vieron pasar dos árboles; veintisiete gallinas; seis balas de paja y un montón de puertas flotando en las que en una de ellas había un niño subido, llamando y abriéndola para sumergirse en un mundo lleno de imaginación.
Una apuesta diferente. Me gusta mucho esa conexión entre la fantasía de tu relato y la fantasía que mueve a tu personaje. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio. Espero que tras esa puerta haya algo más.
Un saludo
Gracias Ana.
Muchas veces nos atrevemos a llamar a esas puertas llenas de imaginación pero nos da miedo abrirlas.
Un saludo
Muy imaginativo este cuento de diluvios que trastocan la realidad de las cosas. Me ha gustado mucho.
Gracias Paloma por comentar.
Un saludo
Enrique, la situacion que creas en tu relato, en epocas otoñales se suele dar, a veces, en Valencia, Alicante y toda esa zona; conozco casos a los que les ocurrio algo parecido. Lo has descrito bien y detallado, Suete y saludos
Hola, gracias por comentar. En mi pueblo también pasó algo parecido en donde vieron cerdos y demás cosas pasar por la calle La Rambla. Por aquél entonces yo vivía en un sótano muy cerquita de esa calle. Me imagino el susto que deberían tener mis padres. A mí solo se me quedó el recuerdo de que decían que vieron cerdos rambla abajo.
Un saludo
El título me ha encantado, a pesar de ser un poco largo, para muchos elegir un título es casi tan difícil como el relato en sí.
Y luego la historia me ha gustado mucho también. El giro final abre otras puertas diferentes a la interpretación.
Te felicito.
Gracias Asun. Me gustó la idea de usar una frase del relato para titular el relato.
Un saludo.
Un texto que abre puertas a la imaginación y nunca mejor dicho.
Un saludo
Rosa
Espero que ya que se abre la puerta para la imaginación, que se abra bien.
Un saludo
A mi también me gusta el título y después la magia del relato.
Abrazos.
Gracias María. Que la magia nunca falte
Un saludo
Muy original tu planteamiento mezclando la realidad y fantasía. Espero que valga la pena lo que encuentre al otro lado de la puerta.
Si Gloria, seguro que merece la pena lo que encuentra al otro lado. Si no me veré en la obligación de contar otro micro de continuación.
Un saludo
Enrique muy chulo, ágil, trepidante, ingenuo y lleno de intensidad de cadena narrativa. Suerte
Gracias Manuel. A ver si hay suerte este mes.
Un saludo
Enry, es muy bonito tu relato. Me ha encantado tan bien contado y visual. Lo que empezaba en trajedía o así me lo parecía, termina en una fantasía deliciosa. FElicidades y suerte.
Besicos muchos.
Si Nani, es la tragedia narrada por un niño.
Gracias y muchos besos.
Enrique, la imaginación, qué fuerza tan poderosa en la mente de un niño. Me ha gustado. El título muy bueno. Abrazos.
Tendríamos que aprender más de la imaginación de los niños y dejarles volar más.
Un saludo
Una metáfora muy elaborada, muy bien narrada y con un título de antología.
Felicidades Enrique. Un abrazo.
Gracias Juancho por el comentario.La verdad es que el título te invita a leer el relato a ver que pasa con las gallinas esas 😀
Un saludo