22. DUAL (Juan Manuel Pérez Torres)
Farid era un hombre solitario. No le interesaba relacionarse con nadie, ni siquiera con sus vecinos. Su única compañía eran los libros, la música y el cielo. Un día quiso construir un muro a su alrededor para aislarse aún más del mundo. Se puso manos a la obra y durante semanas trabajó sin descanso, levantando ladrillo tras ladrillo. Cuando acabó el muro, se sintió satisfecho y orgulloso. Pensó que así estaría más tranquilo y feliz… Pronto se dio cuenta de que se había equivocado: El muro no protegía su soledad, sino que la agravaba. Así Farid empezó a sentirse triste y vacío. Había perdido toda conexión con el mundo exterior y consigo mismo. Se arrepintió de haberse aislado, pero ya era demasiado tarde. O no.
Entonces decidió cambiarlo todo. Con la única fuerza de su voluntad, empezó a derribar el muro en el que se había encerrado. Era un golpe de martillo cada grito de liberación. Cuando el muro cayó, Farid lo cogió y, como si de un calcetín se tratara, le dio la vuelta y lo volvió a levantar quedándose fuera, dejándolo todo dentro. Usó el muro para encerrar aquel mundo hostil y liberarse a sí mismo.
Juan Manuel, tu relato abriga esperanza, esa esperanza de reconocer los propios errores y saber corregirlos a tiempo. Y esa equivocación es de las peores, la de sentirse todopoderoso e independiente, sin necesidad de necesitar a nadie. Menos mal que la soledad le recuerda que somos seres sociales, que precisamos convivir con otros. Un abrazo
Gracias, Gloria, por tu lectura y tu comentario. La esperanza es el motor de las causas que parecen imposibles, como la de superarse, evolucionar hacia el progreso resolviendo las contrariedades que albergamos. Mecum vs. Ego.
Un abrazo y mucha suerte.
Nos ponemos a nosotros mismos mil excusas para dejar de hacer algo, echamos la culpa a los demás de los infortunios en los que nos hemos metido, o de nuestra perezosa o cobarde inacción. Al reconocer y aislar sus males y al abrirse al mundo tu protagonista ha dado un paso de gigante para acercarse a la sabiduría y a la plenitud.
Un relato con entretenido aire clásico, una fábula con enseñanza y mensaje.
Un abrazo y suerte, Juan Manuel
Gracias, Ángel, por tu lectura y por tu comentario. Siempre tan atento.
Es cierto, una bestia y un dios pueden ser las caras de la misma moneda. El individuo es dueño de sus actos y responsable de las consecuencias. Y, como el corazón tiende a la bondad, el intelecto tiende hacia el entendimiento. Menos mal que algunos consiguen darle la vuelta a las cosas conscientemente, sin lanzar la moneda al aire.
Fuerte abrazo, maestro. Suerte.
Parece que reaccionó, porque llevaba mal camino. Nada peor que encerrarse en un mundo que nos es vitalmente social. Suerte con el relato Juan Manuel
Gracias por tu lectura y tu comentario, Manuel.
Creen algunos que cuanto más solo, menos que lidiar, que el aislamiento te libra de calambres y de humedades. Pero si hay algo más necesario que el agua y la luz, es no estar ni sentirse solo. En efecto, la vida se nutre de vida. Casi como uno aprende leyéndote, algo así.
Te mando mi abrazo y mi deseo de suerte.
Tu personaje parecía disfrutar de su soledad, quizá todos necesitemos un poco de ella, pero su decisión de llevar al extremo su deseo, aislándose hasta de sí mismo, le hizo ver las cosas de otro modo. En mi opinión, Farid muestra fortaleza y lucidez, tanto para luchar por lo que quiere como para rectificar una vez que es consciente de su error. Bello y enriquecedor relato, Juan Manuel. Mucha suerte con él. Un abrazo.
Gracias, Enrique. Ahora me siento menos solo. Agradezco y me gusta que tu lectura te haya resultado enriquecedora. Un gratificante premio para mí.
Te abrazo.
Pese al eufemismo de «redes sociales», tal vez los muros de facebook y similares también nos alejen en cierta medida de una conexión más real con un mundo que nos circunda y nos envuelve, sin que podamos optar libremente por permanecer a un lado o al otro.
Así es, Carlos, a veces, aquello que pretende multiplicar contactos, consigue justo lo contrario, porque para que haya, precisamente, contacto real es necesario que sea presencial, social por tanto. «Redes sociales», como dices, es un eufemismo. Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Sublime!
Muchas gracias, Susana. Me encanta que me leas y comentes. Un abrazo.
Sublime!
Todo tu relato es una metáfora preciosa. «Darle vuelta al calcetín» es el mejor consejo ante situaciones difíciles de superar. Me lo apropio con tu permiso je,je…
Saludos
Pilar
Gracias, Pilar, me alegro mucho de que te guste. Pequeños gestos que significan mucho. Como tu comentario y tu lectura. Abrazo.
Hola, Juan Manuel. Decir que me ha gustado el micro es poco, con el que me siento profundamente identificada… Pude oír cada grito de liberación de Farid con cada martillazo y me encantó esa imagen de él fuera de esa muralla que agravaba su soledad en vez de protegerla, y que terminó siendo no tan preciada como antes cuando él se dio cuenta de todo y todos los que ella dejaba afuera…
Lo dicho, me encantó.
Besos desde la Patagonia Argentina😘😘😇😇
Gracias, Mariángeles, por tu lectura y tu sentido comentario. Me alegra mucho que te guste esta historia de Farid (nombre de origen árabe que significa único).
La introspección y el aislamiento pueden ser buenas armas para el desarrollo interior, pero es sabido que las armas las carga el diablo. Ese desarrollo pretendido e, incluso, conseguido, de nada sirve «dentro del muro», por eso hay que ser sociable, saber proyectarse y cultivar el intelecto permeable. Porque todos necesitamos de todos.
Un fuerte abrazo desde Málaga (España).