Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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68. DUDAS ARISTOTÉLICAS (Rafa Olivares – EdH 2019)

Piluca Bohórquez lucía siempre como la estrella más rutilante de la prensa rosa. Acaparaba con frecuencia portadas y páginas centrales del papel cuché, ya fuera por su último amor, su nuevo corte de pelo, la adopción de una mascota o el lunar que le acababan de extirpar del cuello. Invitada imprescindible en tertulias del corazón, cócteles promocionales y saraos con pretensiones, era, con diferencia, la más buscada y querida por cazadores de autógrafos y selfis. 

Un día escuchó que todos los premios Nobel gozaban de gran popularidad y pensó, sin saber que aplicaba un silogismo aristotélico –ni puñetera falta que le hacía–, que si ella ya disponía de la popularidad, por pura lógica debían concederle un Nobel. Puso a trabajar en ello y con denuedo a su representante, quien, después de descartar los de Física, Química, Economía y Medicina, por recaer a menudo en gente poco glamurosa, se quedó dudando entre exigir para Piluca el de Literatura –pronto saldría la autobiografía que le estaba escribiendo un juntaletras– o el de la Paz –¿quién podía no recordar la célebre reconciliación con su cuñada?–. O quizás los dos… Una tal Curie ya lo consiguió hace tiempo.

 

20 Responses

  1. Barceló Martínez

    Hola, Rafa.
    Tu relato destila una finísima ironía y por eso me encanta. A esta Piluca Bohórquez (nombre muy Mendociano, por cierto) solo le falta el Nobel y seguro que está convencida de que lo merece. Menos mal que no ha llegado hasta ahí, todavía, esta moda absurda del famoseo, el exhibicionismo mediático y la morbosidad supina. Espero no ver nunca un premio Nobel de la fama, aunque, se ve cada cosa que uno ya está perdiendo la capacidad de escandalizarse.
    Tú sí que tienes bien merecido el título que ostentas, querido «EdH 2019» y lo puedes exhibir con orgullo y hacernos sentir orgullosos a los demás de estar representados por tan notable persona.
    Un abrazo.

    1. Comentar mi relato citando a Mendoza es ganarme por siempre. Su maestría para crear situaciones absurdas nos viene bien para imaginar escenarios que no quisiéramos que se convirtieran en cotidianos, pero vaya usted a saber.
      Gracias, Ángel, por tus generosos comentarios.
      Abrazos.

  2. Francisco Javier Igarreta

    Me encanta tu relato, de rabiosa actualidad. Cada cual puede adjudicar los papeles a quien quiera.
    Mucha suerte y un abrazo.

  3. Ángel Saiz Mora

    Lo más triste de este personaje no es ella en sí misma, que ya tiene lo suyo, sino que sea posible que alguien así sea más célebre, al menos en su país, que cualquier premio Nobel. Si lo supiera, tal vez no se molestaría ni en pensar (que debe de suponerle un gran esfuerzo) que necesita un galardón de esos. Que quien todos sabemos fuese superventas en una edición de la Feria del Libro con unas memorias que no escribió da muestra de los triste que puede llegar a ser la condición humana. Pero no vamos a machacar a tu personaje hasta despedazarlo, porque una cosa sí hay que reconocerle: reconciliarse con una cuñada tiene mérito.
    Un relato muy divertido, que pone de manifiesto una realidad que no debería consentirse, mientras tantas personas merecedoras de reconocimiento terminan, para perjuicio de todos, en el ostracismo.
    Un abrazo, Rafa. Suerte

    1. La reconciliación con una cuñada, contada con todo detalle y analizada desde las perspectivas más profundas y por las voces más autorizadas del país, no es mérito menor para optar a un Nobel. O dos.
      Gracias, Ángel.
      Fuerte abrazo.

  4. Pablo Núñez

    Un relato lleno de ironía. Me encanta por fresco, original, usando el color rosa de forma diferente y excelentemente escrito, como es habitual en ti.
    En resumen, una propuesta a tener muy en cuenta.
    Enhorabuena.
    Pablo

  5. ton pedraz

    Hola, Rafa.
    Magnífico relato, con el que has sido capaz de robarnos una sonrisa. Además muy actual, pues la tal Piluca, a día de hoy, podemos encontrarla en el plató de cualquiera de las televisiones de nuestro país.
    Enhorabuena y mucha suerte

  6. Ya quisiera Mendoza firmar este relato. Rafa, me encanta esa ironía y esa sonrisa que consigues sacar al lector no sin dejar de pensar en el mensaje de trasfondo. Y sí, esa Piluca es muy de Mendoza y a mí me ha hecho pensar en La Porritos de Mauricio y las elecciones primarias. Suerte con el relato. De buen seguro que llega lejos, no sé si a Estocolmo 🙂 Abrazos. Bea.

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