83. Dulce final
Cada día discuten y luego se reconcilian en la cama, hasta hacer temblar los cimientos del edificio en el que malviven. Sin embargo, hoy no hacen el amor. Hoy, tumbados desnudos, sólo se miran a los ojos en silencio, nariz con nariz. Sonríen llenos de complicidad, olvidándose de todo lo malo, incluidas las molestas gomas de los brazos, mientras esperan, espe… ran, esp…
Una intervención quirúrgica, supongo. Si es así, esta pareja está a las duras y a las maduras.
O se trata de un suicidio? Lo digo por el título: “ dulce final” , porque final hay, muy acertado con “esp…”
En cualquier caso un relato cortito que nos lleva a plantearnos cosas….
Imaginamos a esta pareja como dos caracteres fuertes, sanguíneos, en los que el choque por la convivencia diaria parece inevitable, pero también lo son sus reconciliaciones. Es mucho más fuerte el lazo que les une que el que les separa.
Ese final progresivo en el que olvidan todos sus problemas y, juntos y cómplices, se abandonan, puede ser un suicidio pactado, o tal vez una droga. De una forma o de otra, sus destinos, a gritos en las discusiones o en silencio, están unidos.
Un abrazo y suerte, Nuria
Uy, Nuria, que duro. Entiendo que el final es una sobredosis, por las gomas en los brazos. Aunque no parece un suicidio, si no más bien algo accidental. Si no ¿por qué sonríen? ¿por qué están hartos de la vida que llevan y desean acabar con ello? Podría ser también.
Un micro que hace pensar.
Un abrazo y suerte.