62. EL APAGÓN (Belén Sáenz)
Prefiero pensar que fue uno de tus chillidos de soprano lo que hizo estallar la bombilla, porque me niego a creer en señales divinas y en el destino. A la lluvia de cristales que nos roció las cabezas siguió un chispazo en el cajetín de los plomos y, después, la intermitencia moribunda de las cifras del reloj del microondas. Se declaró una oscuridad, apenas aliviada por la luna sucia filtrada por los visillos de la cocina, que extinguió las brasas furibundas de nuestra pelea. Sabía de tus terrores de infancia: la luz del pasillo siempre encendida, el negro cuarto de las escobas. Me rogaste que no te dejara sola, que no fuera a buscar velas. Te rogué que te sentaras a mi lado en el suelo y palpé la encimera en busca de las cerillas. Estuve jugueteando con la cajita sin decidirme a encender una. Tenía miedo de no encontrar el punto de luz que me enamoró desde el fondo de tu pupila y que llevaba meses atenuándose. Fue entonces cuando te propuse que viviéramos en la penumbra, que nos dejáramos convertir en sombras, para así no tener que reconocer que lo nuestro se estaba apagando.
Todo apagón que se precie ha de surgir de improviso, forma parte de su naturaleza. La falta de luz y de sintonía entre esta pareja, sin embargo, fue algo que debió de fraguarse de forma progresiva, desde tiempo atrás.
Las discusiones existen hasta en las parejas mejor avenidas, es parte de la convivencia y del ser humano, pero cuando ya se pierden los límites vienen las consecuencias, como el que la oscuridad se convierta ya en su único hábitat posible. Sin embargo, tienen a su favor la intención de permanecer juntos pese a todo, aunque quizá cada uno por diferentes razones. Tal vez se recompongan o el apagón se convierta en definitivo.
Una historia de desamor llena de matices y muy bien narrada.
Un abrazo, Belén.
Suerte
Belén Sáenz, la literatura es esa forma de magia que consigue que lo triste sea bello, que la falta de luz nos ilumine y que unas letras puestas en fila lleguen a tocar nuestro corazón… ¿Qué es literatura,?, me preguntas…
Qué bueno Belén, nos llevas del mundo real al mágico y metafórico de frase en frase. Me ha gustado mucho y te deseo mucha suerte también. Un abrazo.