Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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42 El fruto de la pasión

Llevamos toda la vida preparándonos para este momento. Es nuestra única oportunidad. Somos millones, pero solo uno pasará a la historia. Empieza la acción, un suave vaivén in crescendo. Procuro abrirme paso a cabezazos hacia las posiciones delanteras, la torre de lanzamiento se ha activado y ya se nota ese delicioso ambiente tórrido del exterior. De repente todo se estremece y salimos disparados.

¡Allá vamos! Por suerte viajo en la primera oleada. Comienza la carrera. Muchos compañeros sucumben a los ataques del enemigo o quedan varados en el camino. Hay que saber usar la cabeza, trabajar en equipo y avanzar impelidos por nuestro motor de cola, nadando contracorriente. Tan solo unos pocos elegidos conseguimos alcanzar el túnel que conduce al paraíso. Una vez dentro un irresistible olor nos guía hacia una gran esfera que viaja a nuestro encuentro. La rodeamos, necesitamos aunar nuestras fuerzas para romper las barreras que la protegen. Parece que por fin ceden. ¡Estoy dentro! ¡He conseguido ser el primero en meter la cabeza!

Ahí está, esperándome. Nos fusionamos e intercambiamos equis e yes, somos uno. Hemos decidido echar raíces y multiplicarnos, permanecer juntos el resto de nuestra nueva vida.

15 Responses

  1. Aurora

    Javier,

    Peculiar y extraordinaria forma de relatar el viaje hacia esa fusión de equis e yes, tan vital.
    Muy bien hilado todo el tema, perfecto, está genial.

    Mucha suerte!

  2. Ángel Saiz Mora

    Para que luego salgan negacionistas de Darwin, diciendo que la selección natural no existe. O esos otros, que niegan que la suerte no tiene importancia.
    Bien narrado ese viaje que tiene algo de milagroso, por mucho que se pueda explicar biológicamente, fruto de la pasión y germen de la vida.
    Un abrazo y suerte, Javier

    1. Javier Arroyo

      Muchas gracias por comentar, Ángel. Sí, Darwin tenía razón, pero la selección natural no es todo. Sin la cooperación de sus compañeros no habría sido posible. Algo que deberíamos aplicarnos en la vida, cooperar para ser mejores.

      Saludos

  3. No creo que haya fruto de la pasión al que le quepe tan perfecta y literalmente el apelativo… La pasión y el deseo todo lo pueden… ¡Si lo sabrá el pequeño espermatozoide que, definitivamente, ha pasado a la historia!

    El tuyo es un relato con mucha vida 😉

    Un beso desde Neuquén, Patagonia Argentina,

    Mariángeles

    1. Javier Arroyo

      Muchas gracias por leer y comentar Mariángeles. Me picó la curiosidad y quise saber donde está Neuquén. La magia de las redes, de un lugar rodeado de tierra por todas partes a unas «cagaditas de mosca» en medio del mar.

      Saludos desde las Islas Canarias.

  4. ¡Genial, maestro Javier! Enseguida se adivina qué está pasando, pero lo veo intencionado, no ocultas tus cartas, las muestras desde el principio y, aun así, se mantiene el interés por cómo lo cuentas. Pasión hay, desde luego. Y esperemos que sea deseado y no un penalty de libro. ¡Mucha suerte!

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