62. El mayor tesoro (Blanca Oteiza)
El sudor recorre mi rostro y me siento muy cansada. Por momentos creo que no seré capaz de seguir adelante cuando el dolor me parte en dos, pero me animan y me dicen que ya queda poco para la recompensa. Quiero creerles e intento pensar en el futuro más inmediato. Y es entonces cuando escucho su llanto.
La matrona me coloca encima al recién nacido fundiéndose ambos latidos en un solo corazón. Todo el sufrimiento previo desaparece. Mirando esa carita aún roja por el esfuerzo, una sonrisa asoma en mis labios y es entonces cuando comprendo que la felicidad es esto.
La sensación de una madre ante una nueva vida que va a cambiar por completo la suya solo puede ser de felicidad, una vez que el proceso físico y doloroso ha terminado. Tiene que ser difícil expresarlo en palabras, hay sentimientos que escapan a los códigos de lenguaje con los que nos expresamos. Tú, sin embargo, lo has hecho muy bien en este relato.
Un abrazo, suerte y felices fiestas, Blanca
Muchas gracias Ángel por tu comentario.
Ser madre, como bien dices, es muy difícil explicar con palabras.
Felices Fiestas.
Un abrazo
Las madres experimentan el dolor y el sufrimiento para traernos al mundo, para empujarnos al principio de nuestro camino. Sufren para traer un tesoro, pero también sufren y mucho para conservarlo y que su tesoro no pierda el valor. También las madres son el mayor tesoro para los hijos. Maravilloso, Blanca. Suerte y abrazos.
Muchas gracias Rafael por tus palabras.
Cada madre es un tesoro y cada hijo para ella también.
Un saludo