Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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54. EL ORÁCULO (A. BARCELÓ)

Cayó dormido y nada más entrar en el mundo onírico se le apareció una figura humana. Su vestimenta impedía determinar su sexo y tampoco podía ver bien su cara. Lo que se distinguía perfectamente era el símbolo grabado en el interior de un medallón que descansaba sobre su pecho.

─¿Qué buscas? −preguntó.

─De un tiempo a esta parte, estoy triste y no entiendo por qué ─contestó sorprendiéndose a sí mismo.

─Debes enfrentarte a la prueba de fuego ─sentenció la mística aparición.

─¿En qué consiste esa prueba?

─No necesitas que yo te lo explique.

Se despertó de golpe, buscó la botella de whisky y se sirvió un trago largo que apuró de un sorbo. ¿Quién era el personaje de su sueño y por qué le pedía que analizase bien sus emociones y tratase de entender las de las personas que tenía a su alrededor? Encendió el ordenador, entró en Google y escribió en la barra de búsqueda: “tridente sobre alas de mariposa”.

10 Responses

  1. Hola, BARCELÓ. Yo también googleé «tridente sobre alas de mariposa». El tridente no es tal, sino que representa la letra griega Psi, que es en esencia una mariposa estilizada. Mariposa en griego se dice Psyche, que significa alma, por lo tanto, la psicología es el estudio del alma… De todo esto deduzco que el oráculo con esa curiosa medalla es la propia alma del hombre, que en sueños lo insta a enfrentar esa prueba de fuego que es, ni más ni menos, que encontrar las causas de su propia tristeza. Como el hombre, al despertar, acude al whisky, supongo que su tristeza tiene que ver con la adicción a la bebida, una con la que no puede lidiar, de ahí que esté como está, y de ahí que sueñe con ese oráculo que le hace ver que las respuestas las tiene él mismo…

    No sé si lo habré interpretado bien, no obstante, me gustó.

    Cariños,
    Mariángeles

  2. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Muchas gracias por tú comentario, tan completo.
    La verdad, es que me resistía a contar tristezas, que la época ya va bien servida. He decidido intentar ir al origen, como bien apuntas. Creo que entre las materias que se imparten en el colegio, deberían incluir como obligatoria la «Inteligencia emocional», quizá eso evitaría muchos malos hábitos, como el de tratar de anestesiarse de alguna manera (con whisky en el caso de mi protagonista), para evitar profundizar en lo que siente.
    Chapó por tú interpretación. Sé que no es un relato fácil. La mente y las relaciones humanas, tampoco lo son, sobre todo teniendo en cuenta este déficit de formación.
    Un cálido abrazo, querida amiga Argentina.

  3. Ángel Saiz Mora

    Nos empeñamos en buscar enemigos externos, cuando nosotros mismos somos nuestro peor antagonista. El demonio, con su tridente, habita en el interior de cada uno.
    Vivimos inmersos en la ansiedad, no hay más que escuchar un informativo: virus que nos condicionan, políticos que nunca se ponen de acuerdo, corrupciones, guerras o violencias varias. La vida nunca es fácil. Cómo no caer en la tristeza. Tratar de maquillarla no solo no es solución, sino que la intensifica, o produce un problema aún mayor, como es el caso de tu protagonista con la bebida.
    Un relato sumamente original y lleno de profundidad, que invita a la introspección, tan necesaria en esta época en la que todo transcurre demasiado deprisa.
    Un abrazo grande, tocayo. Suerte

  4. Barceló Martínez

    Hola, Ángel.
    Temía que no se entendiera bien la historia, pero veo que, no sólo se entiende bien, sino que da pie a vuestros estupendos comentarios que le hacen ganar profundidad.
    Hay una frase, no recuerdo muy bien el autor, el caso es que es muy reveladora: «Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos». Aprendamos pues a pensar de forma saludable.
    Un abrazo acompañado de la mejor energía.

  5. Manejar las frustraciones y la presión de la vida cotidiana no es tarea facil y gestionar nuestras heridas emocionales con alcohol resulta peligroso y, además, es inutil. Pero a veces, los sueños nos hacen revelaciones y hay que aprovechar y liberar la mariposa interior para que nuestra relación con el mundo y con los demás sea más fructífera. Nos has hecho pensar, Y tienes razón, deberíamos estudiar más nuestra inteligencia emocional y tendríamos más éxito como personas. Un abrazo, Ángel.

  6. Barceló Martínez

    Hola, M. José.
    Perdona por la demora, circunstancias me impiden visitar Entc con la frecuencia que me gustaría.
    He llamado a esa «prueba’, la prueba de fuego, porque yo creo que, a veces, nos da más miedo ahondar en entender lo que sentimos y por qué lo sentimos que cualquier otra dificultad a la que nos tengamos que enfrentar. Creo, sinceramente, que las prisas, la vorágine y las distracciones banales, nos impiden algo tan sano como atender a nuestra salud mental, comprendernos, perdonarnos y darnos el cariño que más necesitamos:el cariño propio.
    Te envío toda la energía buena que puedo. Cuídate mucho y date mucho cariño, un abrazo.

  7. El misterioso mundo de los sueños… como en el baúl de mi relato, en nuestro cerebro cabe un universo (o dos) de imágenes, sonidos, colores y episodios que, cuando menos lo esperas te susurran al oído y te despiertas con esa sensación de que has estado en otro sitio, acompañado de otros seres, con alas o sin ellas.
    Si prestas atención a tus sueños y, sobre todo a tus sensaciones, percepciones y emociones, te darás cuenta de que sabías muchas más cosas de las que nunca pensaste, de ti y de los que te envuelven cada día.
    Te deseo felicidad, Barceló. Un abrazo de, casi febrero… uy, como ha pasado el tiempo y, sin embargo, si pones la televisión(yo no) se podría pensar que nos hemos quedado detenidos en el tiempo.

  8. Barceló Martínez

    Hola, Mercedes.
    Gracias por pasar a comentar. Sí, llevas toda la razón, deberíamos atender más a nuestros sueños, son el producto de nuestro inconsciente y seguramente aportan una información muy valiosa, que no siempre sabemos aprovechar.
    Espero que todo te vaya fenomenal. Un abrazo.

  9. Barceló Martínez

    Hola, Manuela.
    Te ruego que disculpes mi demora en contestar, siempre procuro hacerlo. Trato de leer todos los relatos que se van publicando y, si el momento y los medios me lo permiten, hacer algún que otro comentario. Sin embargo, a lo que no me gusta faltar es a corresponder el detalle impagable de contestar a un compañero/a, por más que lo haga a destiempo.
    Levas toda la razón en tu comentario y eso, precisamente, es lo que yo quería reflejar en esta historia: que las emociones que tenemos hay que analizarlas, nunca anestesiarlas, porque de esa forma lejos de aprovechar lo que nos dicen para resolver nuestros conflictos lo que conseguimos es agravarlos.
    Gracias por tu valoración. Te deseo algo que creo que nos viene muy bien en estos momentos: paz y serenidad. Un abrazo.

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