Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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06. EL PÓKER PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD

La partida de aquel sábado en el garito de póker acabó fatal.

Me desperté en una U.C.I., lleno de tubos y monitores, sin un solo billete en los bolsillos y con muy mal pronóstico de recuperación.

A aquel jugador de aspecto torvo, que había esquilmado a dos pardillos y los había sacado ya de la partida, solo le quedaba yo como rival. Nos había ido ganando mano tras mano toda la noche pero, incomprensiblemente, empezó a tomarse a mal que las tornas cambiaran y, cuando vio que las buenas cartas llegaban, una tras otra, a mis manos y no a las suyas, ya noté que me miraba raro.

Cuando yo había logrado que todo mi dinero, y la mayor parte del suyo, estuvieran de nuevo frente a mí en un bonito fajo, ya no lo soportó más. Sacó una pistola, me apuntó con el dedo en el gatillo, cogió todos mis billetes y, sin decir una palabra, disparó.

Lo único que declaró ante la policía fue que a él nadie le ganaba al póker y, menos, un negro. El hecho de que yo fuera tan español como él, para el tipo no contaba.

 

2 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Todos los juegos tienen unas reglas, la primera de ellas, una no escrita: saber ganar y saber perder. Cuando el jugador pensaba que iba a esquilmar con facilidad las ganancias de los demás no le importó el color de la piel que tuvieran; sin embargo, cuando los hados dejaron de serle favorables comenzaron los problemas, saliendo a relucir sus prejuicios raciales, una parte de su peor versión, siendo aún más grave su faceta violenta y sin escrúpulos.
    Tu relato deja claro una gran verdad: todas las cosas llevadas al extremo pueden perjudicar seriamente la salud. También puede tener la lectura de que conviene saber con quién se va a lidiar antes de embarcarse en una actividad llena de tensión.
    Un abrazo y suerte, Puri

  2. Puri Rodríguez

    Graaaacias, como siempre, Ángel. Ángulos de visión múltiples en tu comentario, y todos acertados una vez más. Un abrazo, amigo.

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