123. El primate
Me obligó a parar en un motel de carretera y esperó en el coche mientras yo pagaba en la recepción. Siempre hacía lo mismo. Una vez a solas, recorrimos en silencio el pasillo que conducía hasta la habitación. El parpadeo de las bombillas indicaba que el establecimiento no tenía personal de mantenimiento desde hacía tiempo, al igual que lo revelaron los numerosos desperfectos de la habitación. Pero el lugar era lo de menos, bastaba un espacio con cerradura, unos pocos minutos, una llama en la oscuridad y un gemido de placer. Aprovechando que yo estaba tirado semiconsciente en la cama, se deslizó hasta mis pies y empezó a comérselos lentamente, degustando la carne fresca con cada bocado. Al darme cuenta, y en un intento desesperado por escapar, me agarré a la cartera que había dejado en la mesilla, a las fotos de mi mujer y mi hija, que tiraron con fuerza de mi mano para que no fuera devorado por mi propia pesadilla. Intenté gritar, pero las palabras se estiraron en mi garganta hasta convertirse en un hilo negro que cosió para siempre mis labios.
Un relato inquietante, situado entre la fantasía, la realidad y lo onírico. Un individuo corriente que se ve asediado por sueños eróticos que se transforman en pesadilla, que inútilmente trata de salir aferrándose a lo que más quiere, silenciado sin remedio por esas palabras que se convierten en un hilo negro
Ya echaba yo de menos a este maestro de las letras y amigo, que con su lectura ha provocado un escalofrío que me ha recorrido el espinazo de arriba a abajo. Qué bueno eres siempre, condenao.
A ver si soy el primero en comentar.
Un abrazo y, aunque no te haga falta, suerte.
Este Ángel sí que es un maestro, que le traducen hasta en francés. Y encima comenta el primero. Muchas gracias amigo.
Me ha gustado tu interpretación del relato, esas pesadillas de los adictos. En un principio lo escribí pensando en el mundo de las drogas, pero veo que la mayoría lo lleva al terreno de la pasión. Ambos son igual de válidos a mi modo de ver. Al final se trata de adicciones.
Un abrazo crack!!
Tíndaro, qué relato genial. Así han de sentirse todos aquellos que saben que sus deslices pueden ser descubiertos algún día… Bárbaro. Muchas felicidades. Magnífico relato. Un abrazo.
Muchas gracias María, el caso era crear una atmósfera y una situación desasosegante.
Un abrazo microlunático
Tíndaro, coincido con los comentarios. Suerte y saludos
Calamanda, coincido con las respuestas de los comentarios 🙂
Muchas gracias por pasarte a comentar.
Un abrazo microlunático
Tíndaro, un microrrelato cuando menos inquietante, que juega con el doble sentido, el de la realidad que plantea el microrrelato y la ficción que también se aprecia en el texto. Vamos una ingeniería de la que nos haces participes como si fuésemos el protagonista.
¡Buen trabajo y suerte con el concurso!
Abrazos microlunáticos.
Mil gracias Jarque, cómo me gustan tus palmaditas en la espalda!!
Me ha gustado mucho que uses la palabra «ingeniería», aunque a los de letras no les haga mucha gracia 🙂
Un abrazo microlunático
Al margen del mensaje o las diferentes interpretaciones que se puedan hacer, el relato se sostiene por sí mismo como una buena pieza de terror, al estilo del “creepypasta”. Puede ser una metáfora de alguien atormentado por la culpa de haber traicionado a su mujer, a la que no puede revelarle su desliz, y de allí sus pesadillas con esos labios cosidos. Muy bueno y original.
Saludos.
Muchas gracias por tus palabras Beto. Que un relato se sostenga y no se desmorone ya es mucho para mí. Y si encima tiene distintas interpretaciones, pues mejor que mejor.
Un abrazo microlunático
Tíndaro, muy original el relato y bastante terrorífico. Coincido con Beto en la metáfora que puede contar la historia.
Saludos
Pues coincido en el comentario que le he puesto a Beto. Cada persona lo entenderá de una manera…
Un abrazo microlunático
Qué miedo, Tin. Has logrado transmitir una gran inquietud. Ay, la culpa… Yo lo interpreto así. La culpa puede ser un monstruo que te devora. Un beso, microlunático encantador.
Ohhh la la, si Jes, la gran Jes se ha pasado a comentarme. Mil gracias, eres un solete. Espero poder encantarte durante más tiempo, y seguir leyéndote, que eso sí que son palabras mayores en cuanto a literatura se refiere.
Un abrazo microlunático
Qué atmósfera has creado, Tin… Sórdida, morbosa, animal, con un final de culpa atragantada.
¡Genial!
Ya sabes Patricia, así soy yo: sórdido, morboso y bastante animal. Hace poco que aprendí a coger un bolígrafo para escribir, así que no me lo tengas en cuenta.
Al menos esta vez no hay dramas!!
Un abrazo microlunático
Qué de recuerdos te ha traído el relato , Ana. Veo que eres romántica, madraza y aficionada a la antropología. Un partidazo, vamos.
Si Modes no te hace ojitos ya sabes dónde estoy yo 😛
Un abrazo microlunático
Yo veo a un yonki (primate) que tiene el mono (primate) y muere de sobredosis o se queda muy «p’allá». Pero claro, juego con ventaja!! 😉
Gran relato, Radon… yo lo hubiera pulido un poco más, pero que te voy a contar yo a tí que tú no sepas!!
Enhorabuena!! 😉
Yo sí que te hubiera pulido un poco más Marca.
Gracias por desvelar la trama…ainssss…si es que estás muy atento siempre!!
Un abrazo microlunático
Original manera de contar los sentimientos de un drogadicto. Esclavo de su adicción, busca como un amante en celo, el anonimato de un lugar para entregarse a ese placer que le condenará a las pesadillas previas a la muerte.
Me ha gustado leerte Tíndaro, un beso.
Muchas gracias Mª Belén. Al final el relato es ciertamente onírico, mezclando las pesadillas con la vida real. Vamos, que me ha quedado un poco lioso.
Un abrazo microlunático
Inquietante relato, terrorífico. Hasta que no leí los comentarios no lo había interpretado como un asunto de drogas, pero después en segunda lectura he visto no solo al primate (mono) que le obliga a parar en el motel, sino también esa llama en la oscuridad… La imagen final de sus propias palabras transformándose en el hilo negro que le cose los labios es espeluznante, una auténtica pesadilla.
Suerte y abrazos
Gracias por pasarte a comentar Anna. No quería dar demasiadas pistas en el relato, sólo el título desvela un poco la trama. Así cada uno lo interpreta a su manera.
Un abrazo microlunático
Lo de la llama no lo hubiese asociado a drogas hasta que he leído tu primera respuesta, yo iba más hacia lo onirico, pero da igual has dejado unos detalles de maestro como » hilo negro que cosió mis labios» o la familia tirando de la mano. En definitiva, que me ha gustado.
Gracias Lorenzo, aunque de maestro no tengo nada. Pensé en poner «llama tóxica», pero al final lo dejé más abierto. La mayoría lo interpreta como una historia de pasión, y también cuadra con la trama. Muchas veces el lector es el que sorprende al que escribe.
Un abrazo microlunático
Tampoco me hubiera ido yo por la drogas pero en cualquier caso el relato andes de leer los comentarios de los compañeros ya me parecía de traca. No creo que tu escrito deje indiferente a nadie. Y eso ya es una pegatina en la maleta. Mucha suerte 🙂
Me encanta lo de la pegatina en la maleta Juan Antonio. Tienes esos toques que me encanta.
Generalmente no me gusta desvelar las historias, es más divertido ver qué piensa la gente al leerte. En mi caso suelen pensar que estoy fatal, y no van desencaminados.
Un abrazo microlunático
Es bueno de los pies a la cabeza. Y buen título.
Muchas gracias Danniel.
Un abrazo microlunático
Tíndaro, claustrofóbico y asfixiante relato, cuando la mente es esclava tu vida ya no te pertenece. Muy, muy bueno. Abrazos y suerte.
Muchas gracias Salvador. Al final se trata de eso, adicciones y esclavitud, sean las que sean.
Un abrazo microlunático