28. EL TRAPO (Purificación Rodríguez)
A ver si sacudiendo el trapo del polvo él se fija en este balcón y después en mí.
Llevo días colgando este pez de seda, lo más exótico que encontré en la tienda china, pero no hay manera. Fracaso total.
A mí no me gusta esta enorme cola llena de escamas, pero seguro que a un marinero le llamará la atención, tarde o temprano. Y él se tira muchos meses en el mar, allá por Terranova, que a saber por dónde andará eso.
Volvió la semana pasada, desmejorado y enfermo, según me dijeron los de la lonja, pero yo lo encontraré igual que siempre porque lo amo más que nunca.
Mediodía. No tardará en pasar para la taberna, con su andar desgarbado, su cara de rape y sus rizos negros volando al viento. Distraído, como de costumbre..
Pero seguro que hoy, por fin, me verá agitando este dichoso trapo y me dedicará una sonrisa.
A mí o al pez. No sé, pero algo es algo.
Hola Purificación, me ha gustado tu propuesta, a ver si ese chico pasa por allí y advierte a la muchacha y aunque sea le sonríe.. ¡Saludos!
¿Y si murió, Miry? Volvió del mar muy enfermo. Gracias y un beso, guapa.