28. El vuelo de la Mosca
«Poned pasión en todo lo que hagáis», decía doña Purificación, nuestra profesora de literatura de cuarto de bachiller. La Mosca, la llamábamos. Dar con el mote apropiado había resultado fácil. Las gruesas gafas de culo de botella en su cara menuda de tez clara nos habían ahorrado muchas disquisiciones. Resultaba imposible no reírse de sus faldas largas y grises, sus mocasines de tres colores (lo más atrevido de su indumentaria) y las blusas abotonadas hasta la asfixia. Igualmente nos asombrábamos de que aquella solterona conociera la palabra pasión y se atreviera a pronunciarla. Para nosotros pasión era sinónimo de sexo y la palabra sexo era —con esa hermosa X en su segunda sílaba— tan turbadora como las costuras negras de las medias de cristal de las busconas. Así las llamaban nuestras madres.
No éramos más que una panda de pajilleros mancos y descerebrados, y nunca supimos ver volar a la Mosca. Sin embargo eso ocurría cada vez que sacaba un libro de la cartera. Acariciaba su lomo y nos pedía silencio. Luego cerraba los ojos y cogía aire antes de dejar que el libro se abriera solo, por donde quisiera él, para empezar a leer. Con los ojos cerrados. Siempre.
La pasión por la lectura, por las historias, cuando se tiene la oportunidad de conocerlas y calan, no va a la zaga de la derivada de los instintos naturales, ni siquiera en la edad en la que despiertan. Ajena o otros condicionantes que parecían más perentorios, esta maestra, con apodo de insecto insignificante, fue muy grande al saber encontrar hueco en esos cerebros cegados por otras prioridades, por inculcar la más sana y nunca saciante de las vehemencias.
Un abrazo y buen vuelo para esa Mosca, Juillet.
Gracia, Ángel, esos maestros y maestras que nos hicieron volar… pero a veces nos dimos cuenta tarde de ello…
Original y precioso relato sobre esos otros tipos de pasiones, quizás más duraderos y por ello más felices. Entrañable personaje tu «mosca». Un beso, madame Vernay
Otro beso para ti… gracias por mirar volar a mi mosca 😉
La pasión se puede entender y sentir de tantas maneras como personas implicadas estén.
Tu querida mosca no es rara avis, en absoluto, lo que pasa es que los tópicos típicos acaban por comerse lo especial.
Muy bien escrito tu relato.
Un abrazo. Éxitos.
Gracias… ya tenenía mono (que no mosca) de entecianos. 😉
Gracias por pasarte por aquí, Mercedes… otro abrazo para ti😉
Esa mosquita muerta era muy pasional y tenía superpoderes. Me ha encantado el relato. Mucha suerte.
es que la pasión da alas… ¡gracias, Javier!
Mmmmmmme ha encantado esa Mosca.
Suerte con ella!
Besosss
Gracias, Nuria, a ver si consigue volar alto 🪰😘
Me gusta mucho tu relato, Dominique, tanto en la forma, tan nostálgico como entrañable, como en el contenido, con esa pasión tan bien retratada. Mucha suerte.