57. Elegía amarga
La recopilación de todos sus escritos, hoy desaparecida, se editó en dos volúmenes de similar grosor. La portada del primero se acabó en cuero granate repujado con árboles, gorriones, la luna y varias estrellas. En el centro, en letras doradas, el título —Obras completas. Tomo I— y el nombre del autor. Todas las cubiertas estaban ribeteadas con hojas de acanto en oro viejo. En el interior, con perfecta caligrafía, la primera parte de su obra. Las hojas, de fino papel estucado, resaltaban la perfecta impresión del texto y del ribete dorado de hojas de parra que lo encuadraba. En la solapa, una sucinta biografía inacabada.
El segundo volumen era más sencillo. El cuero liso de las cubiertas, hacía destacar el título —Obras completas. Tomo II—, sin más adornos que desviaran la atención. La solapa estaba vacía. Las hojas, de blanco satinado y ribeteadas con hojas de parra, no coloreadas, solo visibles por un fino relieve níveo, no contenían palabra alguna.
El armiñado y suave tacto de cada página, hacía que se pasaran con atención hasta el final. En la hoja de cortesía, sobre el albo plano, destacaba en luctuoso azabache: Federico García Lorca 1898-1974.
Un genio que dejó un gran legado, que fue solo el principio de todo lo que podría haber seguido haciendo, cortado de raíz por la locura de los hombres.
Un canto triste y amargo que es a la vez un gran homenaje, con un espacio en blanco que no tendría que haber sido. La descripción de los volúmenes demuestra mucho oficio.
Un abrazo y suerte, Ezequiel
Gracias Ángel. Es inimaginable lo que nos podría haber dejado, pero al menos podemos disfrutar de ese primer tomo.
Querido Ezequiel… has conseguido mantener mi atención hasta el final del relato, y todo gracias a unas descripciones minuciosas que no sabía dónde iban a llevarme y la sorpresa ha compensado la espera.
Sobre Lorca, qué decir, ese hombre y su corta vida y dramática muerte fue como una explosión de luz eterna, como La Luz de esas estrellas lejanas que dicen que llegan a nosotros cuando ya se habrán incluso apagado…
Magnífico y suerte!!
Gracias Salva.
Dios sabe que nos dirían las palabras muertas del segundo tomo.
Muy original y profundo, Ezequiel. Yo también quería leer el segundo tomo. No los puedo perdonar.
Un abrazo y suerte.
Gracias Elena.
No los podemos perdonar.