Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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51. ELLA

Entrecerré los ojos preparándolos para el resplandor matutino… y abrí el postigo. Me sorprendieron el cielo encapotado, una calma inquietante que acallaba las voces del bosque, y esa angustia que, salida de no sé dónde, de pronto llenó mi pecho. Fue entonces que tuve la intuitiva certeza de que hoy ella vendría.

No sabía qué hacer, mi ansiedad me impedía permanecer quieto, y salí a buscarla esperando no encontrarla. Caminé hasta extenuarme y al regresar bebí agua del pozo, mientras allá abajo, la umbría frescura sabedora e inquieta, me advirtió que a la que venía la buscara en otro lado.

Al anochecer, cansado de esperarla, cogí el Jeep y bajé al pueblo. En el bar, una botella de whisky  me persuadió de que una intuición absurda me había envenenado el día y, cerca de la medianoche, ya relajado, emprendí el regreso. Era obvio que ella no se presentaría.

Pero nos cruzamos en el camino. No sé quién encontró a quién; nos topamos en un paso a nivel y supe que Ella estaba allí, aunque nunca llegué a verla, encandilado por la luz del tren, que inexorablemente en hora, se abalanzó sobre el Jeep antes de que dieran las doce.

 

2 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Persona valiente e intuitiva tu protagonista. Siente que va a recibir la visita que nadie podrá eludir, la dama de la guadaña bien merece que su inicial sea mayúscula.
    Todos tenemos una fecha y un momento, tal vez ya escrito desde que nacemos, o adelantado por algo que nos sucede o que provocamos. Este personaje mantiene el dilema abierto y nos deja pensando.
    Un saludo y suerte, Jorge

  2. Jorge Zas

    La valentía de mi protagonista consiste, como siempre, en manejar el miedo lo más decorosamente posible.
    Qué bueno sería conocer la fecha por adelantado. Entre otras cosas nos evitaría muchas preocupaciones inútiles por imaginar la tragedia antes de tiempo, ademàs nos permitirìa patinarnos en vida hasta el ultimo centavo. Claro que el conocimiento se daría de patadas con nuestra innata sensación de inmortalidad.
    Gracias por tu comentario, Ángel.
    Cordiales saludos.

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