Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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65. Empalagado (Mónica Posth)

 

He vuelto a despertar enmerengado por Lola. Desde que la vi a través del cristal de la panadería de mi barrio, no he podido soñar con otra canela: anoche le mordisqueaba una oreja y ella crujía hasta volverse quebradiza; se deshacía en suspiros y con sus delicadas yemas, únicas como la huella dactilar de las almendras, tanteaba mi centro aturronado. Glaseado y con la cabeza hecha un rollo intentaba atravesar sus milhojas; pero a Lola le quemaban mis tentativas y, aunque destilaba almíbar, todo quedaba en natillas.

De vuelta a la realidad, camino hasta su vitrina con el corazón humeante, dispuesto a pedir aunque sea un beso para llevar, pero al verla se me aflanan las rodillas por el cremoso vaivén de sus buñuelos y el vigoroso batido de su cuerpo; así que me encojo de hombros y sigo a fuego lento con este pastel, esperanzado en que algún día por fin me atreva a poner la guinda, mientras ella, sin levantar la vista, sigue concentrada en lo único que deseo: amasar.

 

 

10 Responses

  1. Pues desde ese enmerengamiento mañanero hasta los besos para llevar, pasando por ese mordisquito que hacía crujir a Lola, el micro tiene los ingredientes para ser degustado sin prisa, descubriendo todos sus matices.
    Mucha suerte, Mónica.

    1. Mónica Posth Cafferata

      Paloma es un gusto leer tu comentario. Aprecio mucho el tiempo que te tomaste para leerlo mi texto. Un abrazo grande.

  2. Mónica, ya te dije, genial relatazo, no apto para diabéticos y sí para paladares finos. Me gusta tanto, que ahora mismo me voy a tomar una torrija reglamentaria a tu salud y por la suerte de tu relato. #Mónicafans. Un abrazo.

  3. Gloria Arcos Lado

    Muy dulce este relato, lleno de dulces sabores, aderezados con el deseo de esos besos, que parece que tardarán mucho en llegar.
    Un relato muy original, Mónica.

  4. F. Javier Cano Santa Bárbara

    Hola Mónica, maravilloso texto, gracias por abrirnos el apetito de esta manera.

    Un fuerte abrazo

  5. Jonathan Ruadez

    Nada que no te haya dicho ya, maestraza. Este es una delicia de micro y un poema en prosa por derecho propio. Un abrazote y mucha suere!

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