20. Empoderada
La rata sonrió en aquel momento, la decisión estaba tomada.
Cuando otro de sus pretendientes llegó para pedirle matrimonio, ella rechazó sus flores dándole un rotundo no por respuesta, y cerrándole la puerta en las narices ante el asombro de aquel pobre desgraciado.
Se sorprendió así misma ante esa reacción, pero ya no podía más, el vaso se había colmado.
Se quitó el delantal, el maquillaje y los tacones. Tiró a la basura el lazo rosa de lunares, se sirvió una copa de vino y encendió un cigarrillo.
Nunca se había sentido mejor. Desde ese momento cambiaría el cuento, ya nunca más permitiría que nadie la llamase “ratita presumida”.
Los cuentos clásicos encierran enseñanzas y moralejas, pero es cierto que el papel femenino está demasiado sujeto a unos cánones limitados y, por lo tanto, injustos. Con una revisión actual y más igualitaria cualquier historia de ese tipo tendría una revisión crítica que pondría las cosas en su justo lugar, como hace esta ratita con gran personalidad, sin necesidad de tener que depender de plomizos pretendientes. Ella sabe valerse sin ayuda de nadie.
Un saludo y suerte, Nuria
Muchas gracias Ángel por comentar mi relato, cierto es que habría que cambiar muchas cosas, para empezar yo daría una vuelta a casi todos los cuentos. Abrazos.
Pues sí que es una sorpresa porque después de tantos años va a ser dificil para ella y para nosotros, ya sabes aquello de las creencias limitantes, es difícil luchar con ellas. Jajaja.
Es gracioso tu micro y también original.
Suerte y feliz tarde, Nuria.
Muchísimas gracias Mercedes, si que va a ser difícil, pero solo es cuestión de empezar .. un abrazo.
Buena propuesta con originalidad y sorpresa. Soy fan de cambiar los cuentos clásicos. Me ha gustado tu relato, me resulta muy simpático. Un abrazo y suerte, Nuria.
Muchísimas gracias Pablo! Yo también soy fan de dar una vueltecita a los cuentos. Abrazos