54. En busca de un mundo mejor
El océano había desaparecido y en su lugar solo había un lecho de cieno maloliente y sucio. Nadie quería creérselo, pero desde que de los pueblos costeros de extendió la noticia, todo el mundo se acercaba a la costa para confirmar que era aquel rumor era cierto.
En pocas horas las playas y los acantilados estaban llenos de gente que poco a poco fue adentrándose en el inmenso terreno baldío que había salido a la luz, para curiosear o buscar, nunca se sabe, algún tesoro o maravilla oculta. Pero nadie encontró nada más allá de algunas almejas, peces muertos, restos de pequeñas embarcaciones, botellas vacías, latas, plásticos y otros despojos.
Cuando se puso el sol, pudieron ver una extraña luna azul.
Ezequiel, el misterio rodea esta historia hasta el final, de nuestra mano queda su interpretación. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda.
Espro que tu interpretación lleve buen camino.
Algo malo ocurrió, no sé, me lo dice mo intuición.
Todo puede ocurrir si seguimos maltratando el planeta.
Hola Ezequiel.
Misterioso trasvase de aguas desde nuestro planeta, hacia la luna. En menuda situación problemática acabas de dejar a los habitantes de la Tierra.
Estupenda propuesta. Enhorabuena y un abrazo,
Ton.
Esperemos que si se nos ocurre viajar a la luna siguiendo al océano, lo hagamos con la lección aprendida.
Gracias por tu comentario, Ton.
Hola, Ezequiel.
Un final abierto?? Eso parece, pero a mí no me ha trasmitido que sea un final feliz, en absoluto; por eso me choca el título, porque no veo que nadie puede encontrar (no veo ninguna opción) nada, en un planeta seco.
A no ser que haya sido la Luna quien nos haya arrebatado el agua, o adonde esta ha huído, huyendo de esas latas, plásticos.
Sí, así sí, el narrador es el agua, ella es quien ha encontrado ese mundo mejor. Deshabitado, o al menos, sin humanos a bordo
Por ahí van las cosas, pero nuestro díscolo océano no huía de las latas, si no de quién le agrede tirándolas y convirtiendo un paraíso en un estercolero.