05. EN UN LUGAR DE
Cuando el faraón Keops encargó la construcción de su pirámide decidió que durante la eternidad leería a diario.
El arquitecto Hermiunu creó una galería secreta.
El escriba Amenhotep talló en las piedras del pasillo la imperecedora historia que no debía ser conocida por ningún otro ser humano. Encerrado durante 10 años, en absoluta soledad, desgranó los avatares de sus personajes. Al finalizar fue sacrificado.
Pero alguien leyó extasiado su relato. Hermiunu penetraba por un acceso oculto absorbiendo los detalles. Por las noches repetía las azañas de Kixotis, su camello Rothnaat, el escudero Zoser y la bellísima Nefertiti a su familia para que las memorizaran.
El comienzo le maravillaba:
* En un lugar de…
* De?, le preguntaban
* No sé, hay una mancha
Sus tataranietos lo transcribieron en papiros que se guardaron en el Oráculo de Amón.
El gran sacerdote los regaló a Alejandro Magno quien depositó la obra en la biblioteca de Alejandría.
Cleopatra, en plena guerra, huyó con ella a Argel.
Mucho tiempo después el visir Uluj Alí exigió a un preso español ilustrado que se la tradujera.
El estupefacto recluso así lo hizo.
Alí le preguntó:
* En un lugar de…?
* No sé, hay una mancha,
respondió Don Miguel con sonrisa pícara.
Todo tiene un principio, que a veces no coincide con el que conocemos. Ciertas o no, de tanto repetirse algunas historias acaban convertidas en leyenda, con una parte de verdad y otra imaginada. Cuando algo perdura tanto tiempo es porque merece la pena al margen de los detalles.
Un relato imaginativo, con recorrido a través de los siglos incluido.
Un saludo y suerte, Pablo
Es relevante que como «Comienzos» hayas elegido el de esta obra universal de la literatura española de inicio del siglo XVII. Saludos y feliz 2022.
¡Qué bueno!
Mancantao!!