70. Encanto -Calamanda Nevado-
Venías a verme, cada vez más entusiasmado, con la bolsa de viaje en el hombro. Tejían tus manos calceta de caricias y tus labios preguntas; querías saber hasta con qué mariposa había coincidido en tu ausencia. Las campanillas de ese interés fueron mágicas,
Me enamoré. Mis ojos cargados de sol no dejaban ver mi personalidad derretida. Todo parecía diez, quince, veinte, treinta cuarenta, cincuenta, cien veces mejor porque me querías. El color del crepúsculo, delgados los gruesos cristales de mis gafas, brillante el eclipse, ligero el luto por mi madre, fresca la sombra. Anhelaba tu boca, tus botas para dejártelas brillando, planchar tu equipo de caza, su sombrero; propio de un disfraz o de guardarse en el armario. Me ofrecías alguna flor por el camino, comíamos bellotas y castañas en otoño, y resultabas interesante.
Poco a poco tus conversaciones dejaron de serlo. Obstinado, exigente, oscuro a pesar de la luz del porro iluminándote siempre la boca, imponías férreas normas que cumplir de forma instantánea.
Un día, me sentí alegre y gigante. Busque trabajo y lo encontré. Le cogí gusto a ser dueña de mi vida y de la de mis hijos. Nunca me dio tanto júbilo despegarme de un imán.
Hola, Calamanda.
Parece ser que lo que hace feliz a la protagonista en un momento dado, en otro momento, está causando justamente el efecto contrario, tanto como para recuperar la dicha justo cuando logra deshacerse de eso. Este relato es un ejemplo de lo contradictoria y cambiante que puede llegar a ser esa emoción tan compleja que llamamos felicidad.
Un apunte, creo falta una coma entre treinta y cuarenta.
Un cálido saludo de fin de año.
Hola, gracias por el tiempo que dedicas a mi trabajo con tu comentario, y por el apunte. Es verdad, pero ya nada puedo hacer.
Saludos y toda la salud para el 2022¡¡¡
La historia de un amor, desde las mieles del principio al desencanto del final, resuelto con pericia. Me gustan lo de «calceta de caricias».
El amor es un estado que rezuma alegría, que el paso del tiempo modera, cuando no enfría del todo, como es el caso, hasta llegar al estado contrario, en un proceso de irreversible, cuyo final solo se puede sentir como una liberación. Sin embargo, la alegría puede volver con un borrón y cuenta nueva, con nuevas hojas en blanco en las que escribir, con la tinta de la madurez.
Suerte con este relato de desamor, Calamanda.
Un abrazo y feliz fin de año.
Me encanta como poco a poco has introducido miguitas de extrañamiento y nos cambias la percepción según se acerca el final. Con descarada facilidad nos has llevado del romance inicial de aparente dicha a la liberación final que, en el fondo, también se percibe plagada de felicidad. Qué bien hilado, Calamanda, maestra. Suerte y abrazos.
Antonio, Angel y Rafael, gracias por vuestro punto de vista e interés.
Os deseo,junto a todos los amigos Entecianos, felicidad y salud para el 2022. Y muchos exitos.
Abrazosssss