ENE143. RUTINAS, de Rosa Martínez Famelgo
Dejó el frasco de las pastillas vacío en la mesilla. Se tumbó y esperó pacientemente a que hiciesen efecto. El sopor químico le llegó como un sopapo dejándola inconsciente. Un sueño sin sueños, un sueño en blanco satén, indoloro, sin recuerdos. Un despertar repentino le devolvió a su realidad brumosa de boca pastosa y equilibrio precario. A su lado, su marido seguía durmiendo. No era consciente de que él también se hubiese acostado. Fue a la cocina dándose golpes contra los muebles, se frotó los ojos y miró con disgusto que en el fregadero seguían los platos sucios.
El hastío de la rutina que empobrece la vida. Me gusta
Saludos
Anna J R
Si, A. del Rincón, la rutina lo empobrece todo.
Besos desde el aire
Un lavavajillas hubiera resultado más oportuno.¡ Y ese hombre, que desconsiderado¡
Divertida narración, con final doméstico y rutinario, para la protagonista.
El relato muy original.
Suerte.
Antonia los platos no van solos al lavavajillas jejeje, gracias y besos desde el aire
Bueno, bueno algunas todavía lavamos a mano, jaja. Pero la historia de Rosa es genial, con esa sensación brumosa en la que se levanta, parece como la propia vida cuando todo está descolocado y no sabes cómo solucionarlo, esa mujer está vacía, no tiene vida ni alicientes. Uf.
Suerte y un abrazo.
Gracias Yashira, has dado en el clavo!!!
Besos desde el aire
Despertar a una rutina así, es morir poco a poco y con dolor. Uff ¡que mal rollo! y ¡que bien contado!.
Un abrazo,
Si que es un mal rollo, sí. Y la rutina de muchas…
Gracias Esperanza por lo de bien contado 🙂
Besos desde el aire
Rosa, valla situación; y lo peor de todo es que las pastillas no le ayudan, sino más bien lo contrario. Suerte y saludos.
Calamanda las pastillas le proporcionan un momento en blanco total, un momento sin el gris de su vida. Gracias y besos desde el aire
A lo mejor lo soluciona como en ese anuncio que devuelve al marido porque no sabe ni poner la lavadora 🙂
También lavo a mano, poco, pero lavo, digo friego, bueno, lavo y friego. Me voy a comprar un robotín «pa to».
Al marido me lo quedo, que hay pocos 😛
Antonia, haces bien…Gracias y besos desde el aire
Triste dinosaurio este del machismo galopante. Platos rotos. Muy bien escrito, Rosa. Venga, que tengas suerte.
Sí, una triste realidad…Gracias Ximens por tus palabras son un acicate para mi.
Besos desde el aire
Rosa, yo no se si llegaría a las pastillas, tengo otras vías de escape, pero a veces comprendo perfectamente su sentimiento. Me ha gustado lo que cuentas. Un Beso.
Gracias Eva. Si, lo mejor es buscar otras vías de escape y a poder ser creativas…
Besos desde el aire
Supongo que esta escena es pura rutina en algunos hogares. Pastillas para dormir y a buen seguro alguna cosilla para inaugurar un nuevo e insoportable día.
Un abrazo.
Gracias Susana!!!
Besos desde el aire
Rutinas, no podías haberlo titulado mejor, Rosa. Vidas vacias y muertas y para rematar esa amargura, los platos sucios.
Suerte
Besitos
Me pareció un buen final para estas rutinas Ely.
Besos desde el aire