08. ENSAYO SOBRE LA FELICIDAD (A. BARCELÓ)
Después de varios éxitos, me había propuesto escribir mi obra cumbre. Aproveché la coyuntura y determiné invertir en mi nuevo proyecto. Viajé por medio mundo entrevistando gentes de lo más dispares tratando de confrontar experiencias que desembocaran en la formulación de un concepto universal de felicidad. Recopilé material suficiente para escribir dos volúmenes sin alcanzar una conclusión definitiva.
Hoy, tras superar una grave enfermedad, crucé el umbral del centro hospitalario donde he estado ingresado durante quince días. El sol asomaba tímidamente entre las nubes y me acarició la piel produciendo en mí una cálida sensación de bienestar, las copas de los árboles que pueblan un jardín situado justo enfrente del centro sanitario se mecían empujadas por una suave brisa, sus hojas entonaban una relajante melodía, respiré hondo y el aire entró a borbotones en mis pulmones. En ese momento, sentí una especie de éxtasis que acaparó un instante eterno. Tras la experiencia, llegué a la conclusión de que no puedo dar una definición global para un concepto tan abstracto y ni puñetera falta que hace.
Simplemente Magnífico!!!!!
Hola.
Humildemente agradecido.
Cálido abrazo para ti.
Proyecto ambicioso el de tu protagonista que me trajo a la memoria otro trabajo en dos tomos cuyo tema corre paralelo con La Felicidad, y me refiero a “Del amor” de Stendhal, que después de tratar de formular una teoría universal también terminaba en lo personal. (Creo, lo leí hace siglos). Pero tampoco en lo personal la tarea es fácil porque, como muy bien dice Ángel Saiz, hay veces en que las palabras no son suficientes para expresar nuestros sentimientos, y esto me consta, porque cada vez que he intentado escribir algo basado en la relación más intensa que he tenido, he fracasado estrepitosamente.
Me gusta tu relato que me ha puesto a pensar, lo que no está mal… muy de vez en cuando.
Un cálido abrazo, Ángel.
Hola, Jorge.
Como siempre, gracias por tu generoso comentario.
Ese ensayo en dos tomos que refieres debe ser de lo más interesante, aunque probablemente tan infructuoso como el que intenta el protagonista de mi relato.
Estos dos conceptos a menudo van relacionados y ambos son complejos y muy particulares.
Abrazo de vuelta.
El lenguaje es un instrumento rico y completo, pero no lo suficiente como para expresar todas las sensaciones que podemos llegar a percibir en determinados momentos. Tampoco todo puede explicarse en términos científicos.
Una vez reconocida esta imposibilidad, solo queda renunciar a la quimera de estudiar y medir lo inevitable, para centrarse solo en sentir, que no es poco.
Tu protagonista, tras superar un grave percance, ha aprendido a disfrutar cada momento que la vida regala.
Bajo una apariencia sencilla, tu relato extrae conclusiones profundas, universales y realmente útiles.
Un abrazo, tocayo. Suerte
Hola, Ángel.
Tus comentarios me aportan siempre un momentito de felicidad, por el cariño que les pones.
Tratar de etiquetar este concepto siempre me ha parecido algo imposible y es lo que quería reflejar en este relato. Una famosa canción se titula «Love is in the air», pues a la felicidad le pasa lo mismo y solo uno sabe cuando la respira.
Un cálido abrazo, tocayo.
Hola, Ángel
Mejor sentirla que definirla tienes razón,a veces se busca lejos y está muy cerca, basta con darse cuenta de ello, es la -voy a copiarte- puñetera realidad
Un afectuoso saludo
Hola, Aurora.
Aciertas con esa reflexión, por lo menos tal como yo lo veo. El mundo en que vivimos nos impone estar constantemente analizando las cosas, como también nos vende un ideal de la felicidad que, por supuesto, incluye un montón de cosas que, más que hacernos felices nos producen la sensación de no serlo si no somos capaces de obtenerlas. Se puede ser feliz con tan poco.
Otro afectuoso saludo para ti.
A veces, una chorrada, en una situación de peso, te lleva a encontrar algo trascendental, o muyyyyy trascendental, que hace que todo cobre sentido. Qué gran reflexión. Me ha gustado. Suerte con él!
Besosssss
Hola, Nuria.
No sabes lo feliz que me haces pasando por mi rincón. Hace tiempo que no tenía el placer de cruzar unas palabras contigo. Espero que todo te vaya fenomenal.
Yo siempre le he dado mucha importancia a las «chorradas». Soy mucho de fijarme en las cosas sencillas. La felicidad es un valor que fluctúa sin parar y no una constante general, si nos fijamos un poco en esas cosas tan nimias, podemos encontrar una pequeña dosis de felicidad en cualquier sitio.
Un cálido abrazo.
Hola Barceló. Tienes toda la razón. A veces uno se empeña en saber qué es la felicidad y se afana en sentirla cada día sin darte cuenta que el mero hecho de buscarla te está restando tiempo de disfrutarla. ¿Has tenido alguna vez esa sensación o pensamiento de decir: qué puñetas estoy haciendo? Miras a tu alrededor y está ahí, delante de tus narices y ni siquiera le has dado valor porque alguien te ha dicho (llámalo x) que la felicidad es algo inalcanzable, pero yo, como tú, sé que no es así. Ahí está tu protagonista sintiéndose nacer de nuevo y solo porque de nuevo ha respirado el aroma de ¿noviembre? Un bonito mes para respirar hondo.
Un abrazo Barceló y feliz finde.
Hola, Mercedes.
Gracias por tus reflexiones que siempre le aportan a mis relatos un ingrediente extra.
La respuesta es sí: me he hecho muchas veces esa pregunta, y creo que es bueno parar y hacérsela para rectificar el rumbo de vez en cuando.
¿No te parece el aroma de noviembre perfecto para respirar? El de cada día y cada momento en realidad.
Un cálido abrazo.
Hola, Barceló. A estas alturas, se habrá dado cuenta el protagonista del micro por qué no logró encontrar un concepto universal de la felicidad, porque el concepto de felicidad es algo único, distinto e individual para cada persona que existe: en su caso, es algo tan simple como sentir el sol en la piel tras su larga convalescencia.
Un micro simple en apariencia, pero muy profundo.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Nos empeñamos en que las cosas complicadas son las que más felices pueden hacernos, pero en realidad es todo lo contrario, en lo más elemental se puede encontrar la dicha. Has resumido muy bien el sentido del relato, el concepto de felicidad es personal e intransferible y no se puede generalizar, por mucho que haya un empeño general y altamente interesado en estandarizar los elementos que la componen.
Cariños, amiga.
¿Qué es la felicidad? ¿Y el amor? ¿Qué es el odio? ¿Y la tristeza? Es difícil definir un sentimiento; lo mejor es sentirlo, experimentarlo. De todas formas, tu texto nos lo deja muy cerca con pocas palabras y sensaciones: el sol, el calor, la brisa, el sonido: el instante, el instante de cada uno, reconocible porque, en cada momento, incluso en las pequeñas cosas, podemos encontrar la felicidad. Gracias por no definir la felicidad, pero hacérnosla ver… casi 😉 Gran texto. Abrazos, Ángel.
Hola, Rafael.
Muchas gracias por tu comentario. Disculpa la tardanza en contestar.
Como bien dices, hay cosas que es mejor sentir que definir, tampoco con palabras pordríamos expresar correctamente la dimensión de esos sentimientos. La felicidad, como emoción, es algo bonito que indica que estamos bien y nos sentimos a gusto en un momento dado, pero no es permanente e, igual que el resto de las emocines, surge de dentro de nosotros mismos.
Un cálido abrazo.