59. Escarba más adentro
Vapuleo los botones del mando a distancia la enésima vez, buscando algo interesante que ver hoy en televisión y recalo en una serie de criminólogos. Siempre me han parecido entretenidas estas ficciones por lo que tienen de aprendizaje de la conducta humana.
En el cine suelen ganar los buenos…pero me asaltan dudas cuando retratan personalidades basándose en detalles como la indumentaria, tan trivial a veces aunque tan interesante otras.
De verdad, ¿alguien piensa que puede conocerme por mi forma de vestir? Siento defraudarles porque pueden intuir que soy una persona preocupada por la estética en tanto en cuanto elijo lo que creo favorecedor, el vestidito recto y pelín holgado con el que me siento cómoda; sin embargo, mi yo más íntimo se muere por ponerse unos tacones altos y unos vaqueros superajustados a los que se oponen mis castigados pies con juanetes y mis kilitos de más…
Sonrío imaginando uno de esos viajes astrales viendo mi cuerpo estudiado por una cohorte de científicos forenses que dibujan un perfil de ama de casa rechonchita cuando lo que tienen delante es una estilizada mujer joven con unos tacones color nude y un precioso vestido corto estampado que acabó perdiéndose en el tiempo.
Este relato me hace pensar en el tema de «el atuendo como máscara». La mayoría de las veces que se reflexiona sobre esto se suele tomar la vestimenta (o el maquillaje o cualquier detalle que modifique nuestro aspecto exterior) como un disfraz para subrayar las características que nos hacen más atractivos. Sin embargo, en este cuento se plantea lo contrario: la elección consciente de una moda que no nos resulta tan atractiva a cambio de la comodidad. Esta persona que opta por lo práctico en su quehacer diario, sin embargo, se sabe más atractiva con otro tipo de atuendo, pero lo reserva para sus sueños (en los que no tiene que sufrir las incomodidades que se derivan de él). ¿Cuál es la verdadera «yo»?
La verdadera «yo» es un poco todas pero sobre todo aquella que solo se comparte a ratos y con las personas adecuadas, la indumentaria es casi siempre mera especulación.
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