35 ESOR NE EIV AL (Pilar Alejos)
Otro escurridizo amanecer desliza su líquido sol a través de la persiana. Hace mucho que desperté, pero permanezco en la cama con los ojos cerrados. Los auriculares me susurran en bucle la misma canción. Es como un mantra que me aísla de todo, mantiene mi mente en equilibrio y ayuda a ponerme en pie.
Me impide pensar en cómo evitas mirarme a los ojos cuando rozas mis labios al llegar a casa. Prefiero recordar tu risa. Resultaba tan contagiosa cuando aún éramos cómplices… Aunque, cuando estás conmigo, no puedo dejar de temblar de ausencia dentro de tus abrazos.
El tiempo pasa, pero el dolor no cesa y late con fuerza perforándome el pecho. Una y otra vez, me envuelven esas palabras de Edith Piaf que actúan como un bálsamo:
«…Quand il me prend dans ses bras
Il me parle tout bas
Je vois la vie en rose…»
Entonces, me levanto y atravieso el espejo. Allí no me duele encontrar la habitación llena de mi rabia y vacía de su aliento. Siempre enmudecen los reproches de por qué la olvidaste en el asiento trasero del coche. Aquí, donde, en lugar de a culpa, tus besos saben a chicle de fresa.
Una historia de amor en el color rosa de la cantante francesa, contada desde el otro lado del espejo. Allí quedan los reproches por el trágico suceso que llena a la protagonista de rabia y de ausencia.
Muy buen relato de dolor y de pérdida, Pilar.
Suerte y besos.
A veces, la vida golpea con tanta dureza que es necesario buscar la manera de sobrevivir, aunque para ello haya que cruzar al otro lado del espejo.
La vida pocas veces es rosa. Me encanta la canción.
¡Muchas gracias, Carmen, por tus hermosas palabras!
Besos apretados.
Interesante juego de espejos con drama al fondo. Muy bien trazado. Suerte.
Antonio, muchas gracias por tus palabras.
Besos apretados.
Vivir con rencor es un pesado lastre, si a ello se une el dolor de una ausencia irreparable, el día a día es lo más parecido a un infierno, en el que los amaneceres anuncian otra jornada de sufrimiento. Dicen que el tiempo todo lo cura y no es cierto; también afirman que la vida sigue y eso no puede negarse, pero hay secuelas que no desaparecerán nunca y todo lo envenenan. Tu protagonista se esfuerza por recuperar una normalidad que sabe imposible. Solo le queda su pareja, pero no puede dejar de verle como a un enemigo por un descuido que él, posiblemente, tampoco se perdone.
Un relato que hace buena aquella frase que díce que para vivir no solo hacen falta medios, también se precisan motivos. Una hija perdida y un marido que nunca volverá a ser el mismo tras el triste suceso del que le culpa, son sombras demasiado alargadas para un personaje sufriente, con una psicología muy bien retratada.
Un abrazo grande y suerte, Pilar.
Eso es, Ángel. Su vida es tan dura que para sobrevivir ha de cruzar al otro lado del espejo donde la vida es de color rosa, justo lo contrario a la suya.
Mil gracias por tu certero comentario, Ángel.
Besos muy apretados, amigo.
Una triste historia sobre fondo rosa. Un acierto insertar esa canción de Edith Piaf que para mi es una de esas canciones que siempre suenan bien. Mucha suerte Pilar. Un abrazo.
A veces, la música salva vidas o, como en este caso, ayudan a sobrevivir.
Muchísimas gracias, Alberto!
Besos apretados.
Ese detrás del espejo no sólo es el revés de la canción; es el revés de la historia, del sufrimiento y de la muerte irreversible de una pequeña; muerte irreversible que, de otro modo – sin la música de la vie en rose y sin esa despersonalización que la anestesia detrás del espejo – la madre de la niña no puede sobrellevar, como no puede sobrellevar la vida junto a su esposo, que por lo que se lee ha tenido mucho que ver con dicha muerte.
Un micro duro, rosadamente triste.
Cariños,
Mariángeles
Mariángeles, ni yo misma lo hubiese explicado mejor.
¡Mil gracias por pasar a leerme y por tus palabras tan acertadas!
Besos apretados.
Qué triste historia. Haces en ella un buen uso de ese espejo que le permite pasarse al otro lado para soportar su vida. ¡Suerte!
Besosss
Eso es, Nuria. La canción la ayudan a cambiar su vida del negro al rosa y a atravesar el espejo para sobrevivir a la tragedia.
¡Muchas gracias por tu comentario!
Besos apretados.
En tu relato se palpa la angustia de la pérdida, más intensa incluso por seguir conviviendo con el causante del trágico olvido. Da miedo hasta imaginarlo.
Buen micro, Pilar. Un beso.
No sabes cómo me alegra saber que te han llegado todos esos sentimientos que quería expresar a través de mis letras.
¡Mil gracias por tu valoración positiva y por dejarme tu comentario!
Besos apretados.
He sentido toda esa rabia y esa angustia.Qué tragedia, solo pensarlo me dan escalofríos. Un beso.
Saber que al leer mi relato os llegan todos los sentimientos que he querido expresar, es algo muy importante para mí.
Muchas gracias, Maite, por tu comentario.
Besos apretados.
Desde el momento en que vi el título pensé que debía tener una poderosa razón de ser y así era. Un impresionante juego de espejos para mostrar el desgarro más terrible y cómo, aún a pesar de considerar culpable de la desgracia a su pareja, lo añora y lo sigue queriendo.
Muy bueno.
Suerte y abrazo,
Anna, has dado con todas las claves que esconde mi micro. A veces, cuando escribes desconoces si el lector entenderá todos los matices que has querido expresar, especialmente lo que no dices. No sabes lo mucho que agradezco tus palabras y tus buenos deseos.
Besos muy apretados.
Cuando una tragedia así quiebra la vida de una pareja, poder recurrir al otro lado del espejo para paliar el dolor, me ha parecido una fórmula muy acertada. Lástima que la magia que nos traes no exista. Aunque, pensándolo bien, como ya han comentado otros compañeros, seguir juntos después de todo, es un canto al perdón, a la esperanza, al amor. Buena elección musical y muy ocurrente jugar con el nombre de la canción a modo de espejo. Enhorabuena, Pilar. Suerte y besos.
Muchas gracias, Juana por todas y cada una de tus palabras. Sobrevivir a una tragedia así es tan difícil…
Besos muy apretados.