70. Solo esta noche (Jerónimo Hernández de Castro)
-¡De ninguna manera Vincent! No pienso acceder a una locura más. ¿Ni siquiera el hijo que esperamos logrará que cambies? Además de dejar Inglaterra por tu espectáculo ¿ahora esto?
-Anne, mi amor. Nada me importa más que vosotros y nadie más ilusionado que yo cuando embarcamos en Southampton. Créeme todo irá bien en Nueva York. Siempre has confiado mi intuición…
-¿Siempre? Solo recuerdas los éxitos. ¿Quién ha sufrido contigo los abucheos y los fracasos?
-¡Al profesor Vincent nunca le ha faltado trabajo en los mejores teatros de Londres!
-¿Y ya no recuerdas los meses mendigando ayuda a mi familia? ¿Y tus excentricidades? La última al subir a bordo cuando no cejaste hasta que nos cambiaron a un camarote cuyas cifras sumaran siete… ¿Quién te ha seguido siempre cuando nadie daba un penique por un mentalista que decía adivinar el futuro?
-Pero Anne…
-¡No! ¡ni una más! Hace demasiado frío para lo que pretendes.
-Anne, no te pediré más sacrificios pero confía en mí. Nunca antes presentí nada parecido. Sé que este barco es insumergible y no ha habido dificultades estos cuatro días de travesía, pero solo será esta noche, te lo suplico: durmamos en cubierta.
Jerónimo, parecen que fueron espectadores de prim era fila. Original vision de esa horrible noche. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda! Un abrazo, suerte y saludos
Espero que se salvaran.
Yo creo que sí! Parece ser que uno de los botes que rescató a unos pocos pasajeros era el número siete y seguro que Vincent intentó estar cerca de él. Como todos sabemos el triste final del Titanic se me ocurrió pensar en alguien que lo supiera con antelación, de alguna manera pero si poder confirmarlo. Un saludo Mari Carmen
Pues realmente parece que la intuición del mentalista funcionó en este caso…
Relato fluido, en forma de diálogo, en el que las pistas van cayendo lentamente hasta completar un puzzle global.
Ojalá llegasen a New York.
Los tres.
Un abrazo totalmente sincero, Jerónimo.
Gracias Modes. En este momento (ni antes tampoco) no dudo de tu sinceridad. Muchas gracias por tu comentario. Me gustaría leer todos los relatos de ENTC y comentar mucho más pero algunas obligaciones gratas (y otras menos) me lo impiden con frecuencia. Al menos sí voy consiguiendo contestar los que llegan aquí. Un abrazo
Hola Jerónimo, una idea muy original la que viven tus protagonistas en el Titanic, una vez en tierra firme Vincent estará seguro de que sus presentimientos serán tenidos siempre en cuenta.
Gracias Isabel. Espero que lleguen a buen puerto ¿crees que Anne le hará caso? Ojalá sí Un abrazo
En un principio me temo que no. Pero una vez en su camarote, sola, imaginando a Vincente en cubierta, puede que de un arrebato, se eche la manta encima, coja otra para él y le acompañe.
Ojalá! Seguro que subió a la cubierta, muy cerca del bote número 7. Un abrazo Isabel
Gracias Salvador. Yo creo que, como todos, tenía unas capacidades cuyos límites no conocía y se movía entre el miedo de fallar y el más terrible de acertar. Un abrazo
Aunque sea muy triste, yo pienso que al final se quedaron cojidos de la mano en cubierta. Bonito relato Jero.
Mil gracias Patricia seguro que emprendieron una vida nueva. Un beso
Parece que aunque sólo sea una vez realmente «vio» algo.
Me ha gustado mucho este relato dialogado.
Salud.
Gracias Miguel Ángel. Me gusta a veces plantear «micro diálogos» que «cuenten» algo. No sé si lo he conseguido pero me alegro que te haya gustado
Un abrazo
Creo en las intuiciones, corazonadas, presentimientos o como quieras llamarlos porque tengo motivos, así que estoy segura de que tu mentalista logró salvarse junto con su familia. Seguro que más de un superviviente consiguió vivir gracias a una intuición, como en tantas otras tragedias. Besos y suerte.
Gracias Ana. La intuición es un acicate para actuar y sacudirnos el sopor, aunque a veces arrastremos o nos arrastren a situaciones aún peores. En el cuento yo espero que sea al revés. Un beso grande y suerte
Me gusta mucho el relato, el final a gusto del lector.
Yo quiero pensar que esta vez también le hizo caso. Suerte Jero
Gracias María José. Me gusta dejar el final abierto sin saber si la sensatez de ANne prevaleció o no sobre la «locura» de Vincent. Quizá Anne quiso seguir por amor a su esposo una vez más. Un abrazo
Lo bonito del cuento es no saber qué dijo Anne, no saber qué hicieron… ¿Verdad que habría muchas conversaciones parecidas entre todas aquellas familias que iban en el barco? La mayoría de estas conversaciones se hundieron en el océano.
Gracias Esther. Como le decía a María José me parecía mejor dejar abierto el final de una historia conocida por todos. Un abrazo
Hermoso, Jero. Muy hermoso. Me encantan los finales abiertos porque nos dejan volar la imaginación. Gracias.
Gracias Begoña. Es mucho más sugerente. El Titanic se hundirá pero ¿qué pasará con esta extraña pareja? Un beso grande
Una pareja curiosa y un final abierto, como se ha apuntado, aunque pienso que al estar ya en cubierta, con más razón todavía por el estado de gestación de la mujer, serían de los primeros en ser evacuados. O igual es que me han caído bien tus personajes.
Suerte y un saludo, Jerónimo
Gracias Ángel. Siempre amable y acertado con tus comentarios. Quizá no subieron a cubierta y se quedaron en el camarote 115 ¡quién sabe! Un fuerte abrazo y suerte
Jerónimo, parece que el protagonista no era un estafador, sus intuiciones y visiones eran reales. Espero que convenciera a Anne y siguiera mostrando ese don por toso el mundo. Muy bueno. Abrazaos.