15 EXTINCIÓN (Ángel Saiz Mora)
Aquel lugar estaba saturado de seres vivos, pero reinaba el silencio. La suma de tantas respiraciones distintas apenas era perceptible.
Todos ahorraban energías hasta que llegase el momento. Los nerviosos mosquitos, o las inquietas ardillas, parecían tan pacientes como las tortugas. Era notorio el esfuerzo del pájaro carpintero para no picotear la madera que lo rodeaba. Los impulsos reprimidos de los cazadores, junto a la apagada intención de huir de sus potenciales presas, contribuían a esa inaudita convivencia más allá del instinto. Las arañas, con demasiada seda acumulada dentro de los abdómenes, evitaban mirar con sus ocho ojos a las moscas. Una tregua temporal los unía.
Antes de volver a la normalidad, el Creador de esa fauna de equilibrios casi perfectos había dispuesto un plan para enmendar su único error. Emitió un susurro en forma de orden para la mayoría de las criaturas, cuya quietud general mutó en acciones repentinas y coordinadas, dirigidas de manera precisa contra una especie muy dañina: desde los abrazos inmovilizantes de los osos, al veneno de las serpientes, para rematar con los colmillos de los depredadores.
La caza mayor de tan peligrosos mamíferos duró poco. Noé y los suyos habían caído en la trampa.
¡Huy, menuda vuelta de tuerca le has dado a la Historia, Ángel! No sé si el pobre Noé se lo merecía, francamente, aunque muchos de los mamíferos de dos patas que pululan por ahí en estos días sí, sin ninguna duda.
Un abrazo y feliz verano, amigo.
Según la historia contada y transmitida, los únicos supervivientes fueron Noé, su mujer, sus tres hijos y sus respectivas esposas, quizá ellos fuesen buena gente, pero como bien dices, muchos de los que vinieron después no tanto, ni mucho menos.
Gracias, un abrazo y feliz verano también para ti, Ana María
No hay duda de que si nos extinguiéramos el resto de especies (y el planeta) ganarían en salud. Somos peores que las cucarachas.
Un abrazo y suerte.
En la pandemia ya se vio un repunte de la naturaleza, que cogió un poco de aire mientras estábamos encerrados. Es una visión triste y un tanto radical, pero tampoco hacemos mucho por ponerle remedio.
Muchas gracias y un abrazo, Rosalía
Desde luego no cabe duda de que somos la especie más invasora y dañina, incluso para nosotros mismos.
Estupenda re interpretación bíblica.
Un saludo Ángel y buena suerte!!
Inteligentes, pero también lesivos, siempre andamos en esa dicotomía. De una forma o de otra, seguimos.
Muchas gracias, Gema. Un saludo
Qué curioso Angel! yo también pe se en Noé aunque con otra perspectiva. Muchas suerte y un gran a razo
Qué curioso Angel! yo también pe se en Noé aunque con otra perspectiva. Muchas suerte y un gran abrazo
Cuando hay un tema genérico no es nada difícil coincidir, pero siempre, como bien dices, son perspectivas distintas, ese es el detalle que todo lo enriquece. A mí me gusta mucho tu relato.
Gracias y otro abrazo grande para ti, Jero
La verdad es que tu reescritura de la narración bíblica da que pensar. Tal vez ya exista por ahí alguna inteligencia maléfica,¿o benéfica?, sopesando los pros y los contras de nuestra extinción. Mucha suerte y un abrazo, Ángel.
«Lo de «multiplicaos y llenad la Tierra» lo hemos cumplido, pero en ningún sitio se decía nada de esquilmarla, ni de cambiar el clima, ni de no respetar el medio ambiente, ni de tantas otras cosas de.u a larga lista. Ojalá, pese a todo, tengamos remedio.
Muchas gracias, Francisco Javier
Un abrazo
Hasta que no he llegado a Noé no he caído. Aunque lo del Creador con mayúsculas ya me lo debía haber aclarado un poco antes. Mayor acumulación de animales por metro cuadrado que en el Arca no hay.
Hay historias que siempre tienen una vuelta de tuerca más.
Mucha suerte Ángel ♣
Un abrazo
Lo siento por Noé y su familia. Si habían sido elegidos para sobrevivir entre otros muchos violentos y corruptos, sería por algo, pero eso no ha impedido que los mismos males siguiesen proliferando durante todas las generaciones siguientes. Es lógico pensar que se trata una especie sin remedio y peligrosa. Como historia, la del diluvio universal es maravillosa, pero qué duda cabe de que a todo se le puede dar una vuelta, máxime cuando la realidad dice otra cosa.
Muchas gracias, Esperanza.
Un abrazo
Querido Ángel, tu cuentito, esta vez, rezuma tanto humor y tanta imaginación como los de la Biblia. Tramas, ataques, defensas…Genial y distinto, para no variar. Un abrazo y suerte, amigo.
Al final todo es cuestión de fe. Las historias bíblicas, imaginativas la mayoría de ellas, como bien dices, tienen una interpretación, como a lo largo de los siglos ha sucedido. Yo me he permitido esta pequeña recreación ficticia, con un fondo pesimista sobre la especie a la que pertenecemos. Por supuesto, espero equivocarme.
Nuchas gracias, Puri
Un abrazo
Ángel, un relato muy original contado con la acostumbrada calidad de tu pluma. Buenos augurios.
Abrazo.
Qué alegría tu visita, Rafa. ME alegra que te guste.
Muchas gracias y un abrazo
Pobre Noé! Muy original propuesta Ángel.
Un abrazo
A Noé siempre se le ha presentado como buena gente, se supone que se le escogió para regenerar la especie, pero no hay más que mirar la historia posterior y actual para darse cuenta de que fue un intento fallido, que hay motivos para pensar que no tenemos remedio, aunque en el fondo todos queremos pensar que sí.
Muchas gracias y un abrazo, Blanca
Muy original reescritura del mito del Arca de Noé.
Me ha gustado mucho de primeras pero al releerlo he descubierto una riqueza de matices brillante.
Enhorabuena y suerte Ángel
En las historias, como en cualquier faceta, lo principal es la conclusión a la que se llega, el resultado final, pero los matices que lo conforman también tienen su importancia.
Muchas gracias, Fernando.
Un abrazo
Una historia perfecta, Ángel, y no solo por lo que cuenta (y lo que no cuenta), sino también por el modo en que lo hace. Muestras una escena inquietante e intrigante, en la que se intuye alguna tragedia, y que estalla más adelante con una violencia narrada de forma nada explícita y, sin embargo, de gran efecto. Esa “fauna de equilibrios casi perfectos” y ese “único error” me parecen, por otro lado, dos ideas muy acertadas, al igual que la que marca el relato entero. Me ha gustado mucho y espero que tengas mucha suerte con él. Un abrazo.
Yo solo lo siento por el pobre Noé, que fue elegido como hombre justo, para tener una descendencia no corrupta, pero el mal lo llevan los seres humanos dentro y siempre se abre paso, y si no él, sus descendientes, capaces de lo peor, como hemos visto a lo largo de la Historia y no dejamos de ver. Pensemos que, pese a todo, también podemos ser capaces de lo mejor, como lo son tu lectura y tus palabras, Enrique.
Muchas gracias y un abrazo
Qué mejor ejemplo de “animalada” que el arca de Noé, donde, presuntamente, estarían todos los bichos juntos. Muy bien descrita la tensa quietud previa a la traca final.
Que haya suerte y le guste al jurado tanto como a mí.
Los únicos capaces de construir un arca para preservar a los seres vivos de un diluvio destructivo, eran también los únicos capaces de pulverizar la vida propia y ajena antes o después. Todo podría haber sido parte de un plan para suprimir ese elemento nocivo.
Me alegra que te haya gustado, Edita.
Muchas gracias y un abrazo
De todas las especies terrestres creo que el ser humano es la más depredadora porque además deja una estela de basura y contaminación a su paso.
Siempre es un placer leerte, Ángel.
Un abrazo.
Está claro que somos los más peligrosos, de ahí que el planeta se queje del daño que le causamos, o que el inventor del desaguisado quiera dar marcha atrás sobre lo que hizo mal.
Muchas gracias por leer y comentar, Manoli.
Otro abrazo para ti
Como se suele decir: muerto el perro, muerta la rabia. Pues eso. Pero tú lo cuentas más bonito, claro. Un abraza fuerte, Ángel.
Ante un elemento discordante se puede optar por intentar convivir y resignarse, o cortar de raíz, como bien dices, y se acabó el problema.
Mil gracias, Aurora.
Un abrazo grande
Hola, Ángel. Lo que más me gusta de tu micro es la riqueza descriptiva del proceder de los animales: todos y cada uno se confabulan y se privan de hacer lo que es más natural para ellos a fin de «extinguir» a la especie mamífera más dañina del mundo: el ser humano.
Es increíble que sabiendo que podemos vivir pacíficamente, conviviendo con otras especies, seamos capaces de hacerles tanto mal como para hacerlas desaparecer… Por eso me gusta el micro, porque le da la vuelta 180° al concepto de extinción… El ser humano, el ser más dañino del mundo, de ser cazador pasa a ser cazado… Que este micro sirva para la reflexión y para que nunca se llegue a eso…
Como siempre, un placer leerte, amigo.
Un beso grande,
Mariángeles
Has resumido nuy bien la esencia de esta pequeña historia. Si somos dañinos con nosotros mismos, con los propios semejantes, cómo no serlo también con el resto de seres vivos.
Nuy agradecido por tu lectura y tu comentario Mariángeles.
Un abrazo grande
Ángel, el significado de tu historia es brutal, eso de que el Creador reconozca «el error» y quiera enmendarlo ¡uffff…! No estaríamos aquí contando historias.
La atmósfera de contención que presentas, esa tregua temporal, está tan bien descrita que también el lector contiene la respiración, hasta el explosivo final.
¡Enhorabuena!
Un abrazo
Suponemos que hay un Creador (con mayúscula) que no puede equivocarse, pero desde nuestra corta, pasajera, e imperfecta percepción, no somos capaces de entender cómo el ser humano, tan supuestamente inteligente, puede ser tan dañino, un error, en suma.
Me alegra que te guste, Pilar.
Un abrazo
Qué gran microrrelato, Ángel. Mantienes la tensión durante todo el rato, nos preguntamos qué sucede, por qué esa calma chicha. Todo va a ese final impactante, en el que, por el bien común del planeta, se acaba con el animal más dañino que pisa la Tierra: nosotros, los, en general, mal llamados seres humanos. ¡Bravo!
Ya se sabe que tras la tormenta viene la calma, pero poco se habla del proceso inverso. Sobre que somos los más dañinos no existe duda alguna.
Mil gracias, Jesús, Me alegra que te guste.
Un abrazo
Muy bueno Ángel y muy bien descrito. Los animales nos precedieron en la existencia a los humanos y seguro que, al paso que vamos, por mucha inteligencia artificial que haya, serán ellos los últimos en irse de este querido planeta. Me ha encantado.
Un abrazo y suerte!
Con inteligencia, pero no solo de la artificial, además de sentido común y, sobre todo, unión, el ser humano sería lo que puede ser o llegar a ser: maravilloso e inagotable. Por desgracia, es la peor cara, ese lado oscuro, el que nunca se va y siempre está ahí, amenazante y cierto.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Liliana.
Otro abrazo para ti
Hola,Ángel.
Cómo has cambiado La Biblia, tanto, que con este episodio la dejas en novela corta, porque esto sería diluvio y Apocalipsis. Pobre Noe y familia, para uno que se preocupaba de verdad por los animales…
Un cálido abrazo, mi querido tocayo.
Hola,Ángel.
Cómo has cambiado La Biblia, tanto que con este episodio la dejas en novela corta, porque esto sería diluvio y Apocalipsis. Pobre Noe y familia, para uno que se preocupaba de verdad por los animales…
Un cálido abrazo, mi querido tocayo.
Noé fue escogido por ser un hombre justo, como sus hijos y mujeres, pero generaciones de descendientes más tarde parecen denostrar que somos nunca especie poco de fiar. Quizá la solución sería variar un poco el molde y volver a intentarlo.
Muchas gracias, gran tocayo.
Un abrazo grande
No sé si Noé en particular, pero sí la raza humana en general nos merecemos este escarmiento que planteas con tu súper original micro. Estamos viviendo tiempos de maldad sin límites. Muy buena propuesta, Ángel. Un abrazo.
Al final sienpre pagan justos por pecadores, en el caso de Noé, quizá nunca mejor dicho, pero como bien dices tú, demasiadas veces la raza humana parece no tener remedio.
Me alegra que te guste.
Muchas gracias y un abrazo, Juana
Yo creo que este capítulo de la Biblia es apócrifo, pero está escrito de manera intrigante con un remate genial. Enhorabuena, Ángel, así se reescribe la historia.
Apócrifo del todo, desde luego, en cuanto a su dudosa autenticidad, porque no nos hemos extinguido, no aún al menos, afortunadamente. Por otra parte, tampoco hay pruebas fehacientes que lo de Noé sucediese, salvo desde la fe.
Me alegra que te guste, Sergio.
Muchas gracias y un abrazo
Pura meta literatura. Exterminio programado de nuestra especie. Quédistinto habría sido el planeta sin nosotros!
Imaginación al infinito!
Para empezar, ni la propia Biblia que habla de Noé y del arca tendría sentido, porque no quedaría nadie para leerla, volverla a imprimir y transmitirla durante generaciones. Sin nosotros, el resto de animales, aún con sus cosas, viviría más tranquilo y seguro, como el planeta en general.
Muchas gracias, Rosa.
Un abrazo