47. Extrañamiento pop (María José Escudero)
Su madre luchó cuanto pudo por sacarlo adelante. Algo le hacía temer que aquel hijo duraría lo que dura una canción corta. Era inquieto y frágil, muy distinto a sus hermanos. En el colegio tampoco hacían carrera de él. Siempre que tenía ocasión, se saltaba las clases y huía a la playa para contemplar el vuelo armonioso de las gaviotas sombrías. Cada año, por Navidad, pedía una guitarra a los Magos, pero se hizo con ella en una imprevista partida de póker al cumplir los dieciocho. Y tras guardarse una carta de recuerdo, puso letra y música a sus tormentos y se convirtió en el líder de una banda legendaria. Muy pronto descubrió la euforia, más tarde, los temblores y el insomnio. Traicionada la suerte, aún quiso tocar las estrellas y peregrinó a todo ritmo hasta la frontera del abismo. Luego no supo volver atrás y, una noche sin concierto, mientras esperaba que algún “Ángel de Orión” viniera a rescatarlo, se desplomó a la entrada de un impasible agujero negro. Reclinado sobre su palidez, exhibía la jeringuilla envenenada, los brazos heridos y el rostro apaciguado. Amanecía cuando, boca arriba, un As de Corazones daba sobre su pecho el último latido.
Una historia que no puede ser más musical. A pesar de tratarse de un drama, va fluyendo con la armonía de las notas en un pentagrama en el que todo cuadra: los temores de la madre con un hijo que se sale de lo que marca la prudencia, para adentrarse en terrenos oscuros; el muchacho que rompe normas para seguir el camino que le marca su corazón; una vida en la que no faltan temas musicales, incluida ese As de Corazones, símbolo de un desenlace al que parecía predestinado.
Un relato bien trabajado, una secuencia vital redonda.
Un abrazo y suerte, María José
Nació con la fatalidad y al ritmo de una guitarra ochentera. El mismo ritmo que conduce esta historia con tanta energía y te engancha hasta el último momento. Me ha encantado.
Un abrazo, María José.
Un relato que todo es música, armonía y ritmo que te lleva rápidamente, y deseando de conocer, a un final trágico del protagonista, por no jugar bien las cartas que le tocaron. Mi enhorabuena
Muchísima gracias, Ángel por acercarte a leer y dejar esos comentarios tan amables y siempre tan enriquecedores. Siempre agradecida, un abrazo 🤗
Por desgracia, el ritmo ochentero se llevó por delante a muchos artistas y creadores que se engancharon al peor y más adictivo compañero de partida. Muchísima gracias,Maria por leer y comentar. Un abrazo. 🤗
Lamentable,el ritmo ochentero se llevó por delante a muchos artistas y creadores frágiles que eligieron al peor y más adictivo compañero de partida. Muchísimas gracias, María por acercarte y comentar. Un abrazo.🤗
A veces la vida regala un don, una buena carta, pero te la juegas al elegir un mal compañero de partida. Muchísimas gracias, Isabel por la visita y el comentario. Un abrazo.🤗