FEB113. INSPIRACIÓN, de Montserrat Acevedo J de Castro
Su retrato nació amparado en la melancolía que desprendía aquella frágil muchacha.
La encontré una noche de lluvia. Las calles vacías. Oscuridad. Sin estrellas ni luna en el cielo azabache; sólo alguna solitaria farola aportaba a la escena una trémula luz tan triste como ella. Y lloraba, como el resto del mundo, lágrimas de lluvia.
No había niños jugando, ni apenas gente; sólo coches que salpicaban sin piedad, con el barro que arrojaban sus neumáticos, a los dos únicos transeúntes a la vista: ella y yo.
Entonces, pensando en la melancolía de aquella frágil muchacha…
Nació su retrato.
Montse,
Bonita historia muy bien narrada.
Me encanta esa situación melancolica y cómo la describes.
Saludos, Blanca
Ana, Blanca, muchas gracias, por vuestras palabras. La verdad es que la melancolía, pese a ser tan negativa para el estado de ánimo, se «deja querer» por aquellos a los que nos gusta escribir.
Gracias de nuevo.
Abrazos