08. Fórmula magistral
A la farmacéutica se le ilumina la mirada y le da un vuelco al corazón siempre que Vanko le extiende la receta sobre el mostrador. Viene, como todos los meses, de su médico de cabecera; educado y atento con esa tristeza en los ojos que a ella le provoca tanta ternura.
Mientras él se queda observando los tarros antiguos expuestos en la vitrina, Rosa entra en la rebotica, aparta la fórmula prescrita de antidepresivos y se dispone a preparar su fórmula mágica:
tres cuartas partes de esperanza para superar la nostalgia por su lejana tierra, una cucharadita de ilusión que apague la pena, el zumo de un recuerdo dulce y sereno para no olvidar, varios golpes de entusiasmo que ayuden a afrontar el futuro, unas gotas de deseo y después de mezclar bien lo termina con un chorrito largo de cariño.
Rosa con una sonrisa le acorta el tiempo de pauta del medicamento
Vanko también prefiere pasarse por la farmacia una vez a la semana.
La nostalgia de un pasado mejor solo se pueden curar como tantos otros males del alma: con apoyo y cariño. Vanko tiene suerte de que esta farmacéutica le procure la receta correcta, una fórmula magistral de verdad.
Un relato esperanzador y tierno.
Un abrazo y suerte, Pilar
Gracias Ángel por pasarte y comentar. No seré yo quién reniegue de las medicinas que curan tantos males, pero los del alma mejor, como bien dices, con apoyo y cariño.
Un abrazo
No hay mejor fórmula magistral para las penas del alma que el cariño y la comprensión. Bien por la farmacéutica y por la escritora que supo inventarla.
Gracias Edita, esta vez me salió un relato amable con toque mágico. Y esa fórmula magistral bien parece un coctel sin alcohol pero cargado de cariño. Ya verás cuando lleve varias semanas tomándolo. Seguro que cae en los brazos de la farmacéutica je,je…
Abrazo
No se a que esperan para compartir sus vidas. Al pobre Vanko seguro que se le iba la depresión. La fórmula que le aplica está bien, pero solo sirve para mantenerlo vivo.
¿Para cuando una segunda parte?
Rosa, no vamos a precipitarnos que todo se andará. Que disfruten de esa etapa de flirteo tan bonita.
Muchas gracias por tu tiempo
Abrazo
Ojalá esa fórmula magistral, tan bella, fuera la única que todos pudiéramos ofrecerles a quienes, por circunstancias de la vida, están lejos de su país. Y cuesta tan poco…Un beso y mi sincera enhorabuena, Pilar.
Puri, cuando la química no cura nos aferramos a otras soluciones alternativas. Esta fórmula mágica no es muy legítima que digamos, pero es lo que tiene inventar historias que puedes hacer magia.
Gracias por tu tiempo
Pilar, has compuesto la formula magistral de la felicidad para quienes están lejos de casa, enhorabuena. Ojalá Vanko y la farmacéutica tengan un futuro en común.
Un abrazo y suerte.
Rosalía, esta farmacéutica tiene muchas fórmulas magistrales para diferentes males y todas poco ortodoxas, la verdad. Seguro que en alguna otra ocasión la vuelvo a necesitar en otro relato je,je..
Un abrazo y gracias por tu tiempo
Muy tierna la historia, Pilar. Esa farmacéutica y su cliente parecen estar conectados, sin palabras y aparentemente sin saberlo. Un canto a la esperanza y un recordatorio de que, a veces, tenemos delante a la persona que nos ve, entiende y nos quiere, y apenas nos damos cuenta. Mucha suerte y un abrazo
Gracias Jesús por tu tiempo. Sigo leyendo relatos y comentando a ese que me “ llega”.
A ver si encuentro el tuyo.
Abrazos