108. Fui galgo corredor
y bien asendereado corrí tras mi amo. Sepan vuesas mercedes que, si no se recoge mi presencia en sus historias, se debe a que él mismo prohibió a Cide Hamete que me mentase, con el achaque de que no solían los caballeros ir acompañados de canes en sus andanzas. Yo hinqué mis dientes en los tobillos de Juan Haldudo, gruñí a los gigantes, puse en fuga a unos pastores que hirieron con sus hondas a mi señor y recibí caricias de la gentil Dorotea. Con todo, tengo por mi mayor trofeo haber arrancado −y arrastrado como pendón rendido− un trozo de falda de aquella duquesa que se atrevió a burlarnos, dejando al descubierto ante la corte sus pantorrillas. Se me abrió el cielo cuando mi amo, derrotado, decidió convertirse en pastor. Imaginé una vida regalada, cuidando ovejas y escuchando tocar la zanfoña al buen Sancho, mas poco duró el regocijo, que murió mi señor por la pena de abandonar la caballería. Ahora yazgo en el zaguán rumiando recuerdos, solo me despabilo cuando olfateo al bachiller en la distancia. ¡Si no me tuviera el ama atado, ya habría probado mis colmillos ese bellaco que, vestido de falso caballero, causó nuestra desgracia!
Elisa, has escrito una genialidad. Perfecto homenaje al galgo más famoso y menos mentado de la literatura universal. Podría ser un pasaje del Quijote y no desentonaría en absoluto. No es que me haya gustado, es que me ha apasionado. No tengo vela en este entierro, pero si por mí fuera, tu galgo ya estaría en la antología 2017.
¡Bravo!
Qué texto tan cuidado. Por si fuera poco disfrutar con su lectura me has transportado cuarenta años atrás, cuando, de niño, veía y disfrutaba la serie de dibujos animados «Don Quijote de la Mancha». No se me va de la cabeza aquella canción que sonaba al principio de cada capítulo: Sancho, Quijote. Quijote, Sancho. Enorabuena y gracias, Elisa. Un saludo y suerte.
¡Pero qué requetebién escribe mi amiga invisible! Una delicia de texto, homenaje a lo mejor de nuestra literatura, que merece más de una lectura para su goce y disfrute. Anotado queda entre los favoritos.
Mucha suerte, Elisa, y un abrazo.
Hola, Elisa.
Coincido con mis compañeros, te lo has currado de lo lindo y el resultado salta a la vista. Ese lenguaje añejo que me pone como nada en el mundo y ese homenaje al caballero de la triste figura y al galgo corredor. Es una delicia leer tu texto. No tiene desperdicio. Mi muy enhorabuena y un beso.
Yo también coincido con todos.
Y si fuera jurado este mes, este sería de mis elegidos sin dudarlo.
Menudo homenaje al Quijote (y la compañia) te ha salido. Si me dicen que aparece entre las páginas del libro, me lo creo.
Muchas Felicidades ☼
Una maravilla, ese doble homenaje a los galgos y a nuestro Quijote. Es un relato estupendo, Elisa. Enhorabuena.
Cómo no, coincido con Pablo, muy bueno.
Solo añadiré a lo ya expuesto por los comentaristas anteriores que me han entrado ganas de releer El Quijote.
Elisa, desde la Mancha, tierra de don Quijote y Sancho Panza, dice la jota; y de galgos, añado yo, enhorabuena por el resultado de tu cuento. Suerte y saludos
Si no leo tu nombre, Elisa, seguro que hubiera pensado en un texto del siglo de Oro.
Si, un texto de oro, y como tal reluce y brilla.
Besito virtual.
¡Este relato lo veo en estampa!
Qué delicia de homenaje, Elisa. Lo veo en el podio.
Un abrazo