29. HITLER o la confusión de términos
En teoría, me vacunaron contra la alergia. El prceso era rutinario: un ligero pinchazo, un algodón empapado en alcohol que debes presionar sobre tu brazo, una fecha de vuelta. Nada extraordinario pero de resultados impagables: sobrellevar los malditos efectos que el polen del almendro tiene sobre mi persona. De verdad, es un suplicio vivir moqueando y con los ojos inflados como los de un besugo. Sin embargo, algo debió salir mal ese día, porque conforme fue avanzando la semana, mi alergia no desaparecía. Tengo dos teorías: o bien la vacuna estaba caducada o bien debió infectarse la herida. Dejando el motivo al margen, y con la alergia arreciando con rabia, algo cambió en mí. Fue una revelación. Me afeité el ridículo bigotillo que me había dejado; repasé un libro que había escrito y me deshice de él. No me reconocía. Era nauseabundo, escrito por un enfermo. También retomé mis estuidos sobre arte, centrado en el proceso y no tanto en el resultado. Y como me apasionan lols animales, me hice voluntario de una protectora. Y lo mejor: tan enfrascado estaba en mis nuevas tareas, que mi alergia se esfumó.
… qué alegria más grande volver a leerte, Javier!!! Abrazoooo
¡La alegría es mía! A raíz de tu mail se me revolvieron los sentimientos y decidí volver allí donde tan bien lo pasé. Gracias por seguir aquí. Un abrazo.
A menudo, la felicidad, o lo que más se le acerca, consiste en liberarse de lastres que hemos ido acumulando sin ser conscientes y, simplemente, sobre todo, en hacer aquello que nos apetece sin un objetivo concreto, lejos de competiciones y rivalidades. Al dedicarnos a lo que realmente nos gusta mejoramos en todos los sentidos. Como gran parte de la realidad depende de la propia percepción, de la manera en que miramos, al concedernos estos homenajes también desaparecen supuestos fantasmas que nos acompañaban.
Un relato sobre la buena actitud, semilla de buenos resultados.
Un saludo y suerte, Javier
Muchas gracias por tus palabras, Ángel, y por dedicarle un tiempo de lectura. Que la literatura sea nuestro mejor lastre. Un saludo.